Mandaderos anónimos más eficaces que los tradicionales

Incrédulo, el director de Finanzas colgó el teléfono. Podía ser una cargada pero, aquí y en estos tiempos, nunca puede saberse. Empleado de una multinacional y acostumbrado a esas formas, el ejecutivo le contó a su par de Asuntos Corporativos qué era exactamente lo que acababa de escuchar. Lo había llamado alguien, no supo quién, de parte del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y le había exigido lo de siempre en estos días: información sobre exportaciones e importaciones de la compañía y precios de todos los productos de la marca con la variación anual. El, extrañado, había llegado a preguntar quién le estaba hablando. "Soy el Operador N° 1", le contestaron.Su compañero de trabajo lo tranquilizó. Le explicó algo que en cualquier otro destino resultaría desopilante pero que aquí se ha instalado hace varios meses en el paisaje corporativo: quienes llaman de parte de Moreno nunca revelan su nombre. El secretario se los ha explicado a algunos infinidad de veces, pero fue muy explícito sobre el fin del verano, en el Palacio de Hacienda, cuando anticipó ante un centenar de hombres de negocios que recibirían esos llamados. Ahí los tenían, además. Operador N° 1, 2, 3 o 4, los presentó. Como algunos probablemente los conocerían, advirtió, no había que preguntar el nombre. ¡Y el que lo sabe, se lo olvida!, reforzó Moreno aquella vez.Había sido una reunión larga, de casi dos horas. El secretario convoca a las 7.45 o a veces a las 8, pero la mayor parte de los directivos suele llegar a esos encuentros, por las dudas, 15 minutos o media hora antes. Lo de siempre: los hace pasar a un pasillo en que pueden esperar una hora de pie, y después los recibe en un recinto pequeño, donde no alcanzan las sillas y se reparte agua y, con suerte, café o alfajorcitos. Ese día, Moreno insistió en la necesidad de que le dijeran la verdad en los datos que pedía. Si me mienten va a tronar el escarmiento, como decía el General Perón, acotó. Y agregó que, de lo contrario, nada le costaría sentarse con los clientes y proveedores de cada uno y asegurarse de que no hicieran más negocios en la Argentina.La cuestión es que los operadores 1, 2, 3 y 4 han tenido una eficacia descollante. Ningún funcionario del Gobierno tiene, por lo tanto, la base de datos de Moreno. "Es como en un call center: uno no sabe si lo están llamando de Córdoba o la India", dijo un ejecutivo que los atendió.No debe ser fácil. Con excepción de situaciones delictivas, la mayor parte de los argentinos no...

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