Mañana de descontrol, pelea y muerte en las vías de la estación Chacarita

Fue una muerte anunciada. . Ayer, a las 6.30 de la mañana, el descontrol y el alcohol se cobraron una vida: integrada en su mayoría por ciudadanos peruanos.

Ahora, los investigadores deberán determinar si la víctima, identificada por fuentes policiales como Cristian Leyes, se resbaló y cayó a las vías del ferrocarril, o si la caída se produjo como consecuencia de un empujón.

La muerte de Leyes provocó la reacción de sus amigos, que, indignados, comenzaron a tirar piedras hacia un inmueble tomado donde se suponía que se había atrincherado la patota que atacó a la víctima. Según testigos de los incidentes, integrantes de la barra brava de Atlanta se sumaron al grupo que atacó a los ciudadanos peruanos.

La principal hipótesis de los investigadores es que, en principio, Leyes discutía con la patota que lo perseguía y al caminar hacia atrás no advirtió que pasaba el tren, se resbaló y fue arrollado por una formación.

Se trataba de una formación que circulaba en dirección a la provincia de Buenos Aires. Producto del impacto, Leyes voló varios metros y murió prácticamente en el acto.

Una calificada fuente del Ministerio de Seguridad informó a LA NACION que, más allá de la declaración de los testigos, la duda se resolverá cuando se puedan analizar las imágenes grabadas por las cámaras instaladas en la locomotora del Ferrocarril San Martín.

Según algunos testigos, antes de morir, Leyes había repartido un par de currículum vítae en comercios de la zona, en los que buscaba trabajo. La víctima era conocido como "un chico del barrio", según dijeron a LA NACION varios comerciantes.

Una fuente de la Policía Federal dijo que la víctima vivía en una casa tomada de la zona, dato que desmintieron los comerciantes del barrio.

"Todos los fines de semana pasa lo mismo. Gente de la comunidad peruana se junta en un salón que está arriba de un restaurante [en la avenida Corrientes, a metros de las vías del Ferrocarril San Martín] y cuando termina la fiesta todo es un descontrol", afirmó Gabriel, que trabaja en un quiosco situado...