El management japonés y el Informe Okita: una revolución para los argentinos

AutorJosé María Kokubu Munzón
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EL MANAGEMENT JAPONÉS Y EL INFORME OKITA: UNA REVOLUCIÓN PARA LOS
ARGENTINOS
Por José María Kokubu Munzón
INTRODUCCIÓN
En 1985, por solicitud del Gobierno argentino, la
Agencia de Cooperación Internacional de Japón
(JICA) envió al país una misión de estudio
presidida por el Dr. Saburo Okita (1), asesor
especial del Centro de Desarrollo Internacional de
Japón y ex ministro de Relaciones Exteriores, que
efectuó un minucioso relevamiento de la
economía nacional entre agosto de ese año y
diciembre de 1986. El estudio se centró en la
activación industrial y en la promoción de las
exportaciones, dos cuestiones cruciales del
management, pensando que “las experiencias
japonesas en el rápido desarrollo económico de
posguerra podrían ofrecer algo útil, especialmente
en relación a las diferentes políticas y medidas
implementadas para la promoción industrial y del
comercio exterior” (2).
Los expertos orientales
recomendaron metas rea-
listas, coherencia entre
planes sectoriales, con-
trol y análisis estadístico,
cooperación con el
sector privado y moder-
nización de los procesos
administrativos.
Insistieron sobre la im-
portancia de los meca-
nismos de mercado y de
la disminución del défi-
cit, advirtiendo simultá-
neamente sobre la necesidad de evaluar
adecuadamente los efectos perniciosos de las
privatizaciones (3). También advirtieron los
autores que “algunas sugerencias de política
comprenden un plazo que se extiende al próximo
siglo” (4), el nuestro de hoy.
No es difícil distinguir entre las recomendaciones
mencionadas los criterios básicos propuestos por
el management japonés, como por ejemplo:
eclecticismo frente a los esquemas ideológicos,
sensatez, realismo, coherencia, integración de las
necesidades inmediatas con las problemáticas del
mediano y largo plazo, sinergia entre el Gobierno
y el sector privado, en consonancia con un criterio
que evita el pensamiento dualista (Baka ) (5),
las metas imposibles (Muri ), la incoherencia
(Mura ) y el derroche (Muda ).
Entre las recomendaciones para la activación
industrial, el informe Okita privilegió la mejora de
la calidad, la productividad y la competitividad,
señalando que, por ejemplo, las privatizaciones no
son “un simple medio para reducir los déficit
gubernamentales, sino una forma de mejorar la
eficiencia de la economía” (6). En ese momento,
por motivos que convendría estudiar
desapasionadamente, el gobierno argentino le dio
la espalda al informe Okita, acaso por motivos
ideológicos, acaso por inmadurez, acaso porque
las recomendaciones no
gustaron. Con eso se
desperdició (Muda), entre
muchas otras cosas, un año y
medio de trabajo de un
formidable equipo de expertos
y científicos, incluido el
mismísimo Okita. Fue el
sector privado quien dio a
conocer al público general este
valiosísimo trabajo en su
versión integral (7).
UNA REVOLUCIÓN DEL
PENSAMIENTO
Cuando en 1950 W. Edwards Deming presentó en
Tokyo el concepto de “reacción en cadena de la
calidad, el costo y la productividad” (8), estaba
proponiendo un movimiento revolucionario que
dio por tierra con todas las doctrinas de gestión
empresarial vigentes en la época. Introdujo los
conceptos de visión sistémica, variación
estadística, teoría del conocimiento y
aprovechamiento de la psicología como palanca
“Entre las recomendaciones para la
activación industrial, el Informe
Okita privilegió la mejora de la
calidad, la productividad y la
competitividad, señalando que, por
ejemplo, las privatizaciones no son
‘un simple medio para reducir los
déficit gubernamentales, sino una
forma de mejorar la eficiencia de la
economía’ ”.

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