Malestar de las organizaciones por las trabas oficiales

El malestar entre las organizaciones era indisimulable; aún trataban de digerir la decisión que ayer tomó el Gobierno de postergar la definición sobre la ampliación del bono de fin de año, prevista inicialmente para mañana. "[El Gobierno] está molesto con el avance de la ley de emergencia social en el Congreso. Tratan de apretar con lo que pueden", dijo a LA NACION uno de los referentes del triunvirato piquetero, partícipe de la mesa de negociación con la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.

El triunvirato piquetero lo interpretó como un mensaje del Gobierno para desalentar el avance del proyecto de emergencia social, una iniciativa que la semana pasada obtuvo dictamen en el Senado. La reunión, en la que Desarrollo Social haría su oferta definitiva por el bono, quedó sin fecha. Fuentes oficiales afirmaron que la nueva fecha se fijará después de la movilización que organizaciones sociales y la CGT tienen prevista para el viernes 18.

"Nos sorprendió esta suspensión porque estábamos discutiendo con mucha seriedad y esto atrasa muchísimo. El Gobierno debería apurarse a tomar decisiones; por lo menos qué tipo de aliciente nos va a dar, teniendo en cuenta las Fiestas", dijo a LA NACION Juan Carlos Alderete, referente de la CCC.

Ayer por la mañana, algunos referentes piqueteros se reunieron con Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, dos de los tres integrantes del triunvirato de la CGT, en la Federación Agraria Argentina (FAA). Ultimaron detalles sobre el despliegue que tendrá la protesta con la que el próximo viernes las organizaciones, respaldadas por la CGT, presionarán frente al Congreso para que se sancione la ley de emergencia social y que el Ejecutivo no la vete.

La novedad fue que a la movilización se sumaría la entidad rural, que mañana formalizaría su apoyo. Mediante un comunicado, la FAA coincidió ayer en un diagnóstico crítico de la economía, que perjudica a los "actores más débiles".

De la reunión que iba a ser mañana en Desarrollo Social se esperaba, en concreto, la formalización de una oferta superadora a la del bono de fin de año ofrecido, de $ 1000 por grupo familiar. Según pudo saber LA NACION de altas fuentes de la Casa Rosada, el bono no se ampliará por cada niño. Contemplará una mejora global de entre $ 300 y $ 500. Un eventual bono por familia de $ 1500 contaría con el visto buenos del triunvirato piquetero. "Estamos definiendo una oferta que sea pagable y no comprometa el déficit fiscal", repetían en los últimos días...

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