El mágico, oscuro y perturbador mundo de Dante está regado de vino y queda en Mendoza

Recorrido de Dante del Purgatorio al Paraíso, representado en la bodega de Alejandro Vigil en Mendoza

MENDOZA.- El próximo martes 14 de septiembre se celebra el aniversario número 700 de la muerte de Dante Alighieri . Además del famoso Dantedì, el 25 de marzo, día que conmemora la fecha -según los estudiosos- en que el autor inició el viaje por su gran obra La divina comedia , este año los homenajes se multiplican en todo el mundo . Lecturas colectivas en las redes sociales, restauraciones de museos y monumentos, obras de teatro y nuevas ediciones del clásico festejan la vigencia del poeta florentino. En nuestro país, además del destacable lanzamiento de la editorial Colihue en formato bilingüe con traducción, notas y comentarios a cargo de Claudia Fernández Speier , una de las más grandes especialistas de la obra de Dante en Argentina, existe un homenaje en estado permanente, que puede visitarse todo el año y que permite adentrarse en el mágico, oscuro, y muchas veces perturbador mundo de la Commedia .

Recorrido de Dante del Purgatorio al Paraíso, representado en la bodega de Alejandro Vigil en Mendoza

Definía Borges en su prólogo a La Divina Comedia como un "laberinto tranquilo", allí donde "lo que fue, lo que es y lo que será, la historia del pasado y la del futuro nos espera". En Chachingo, a 30 kilómetros de la ciudad de Mendoza, el enólogo Alejandro Vigil , inspirado por el viaje de Dante, juntó sus tres pasiones (el vino, la literatura y la familia) en un solo lugar y creó su propio laberinto. Vigil es ingeniero agrónomo y el enólogo de la bodega Catena Zapata. Desde 2006 lleva adelante su proyecto El Enemigo Wines, con Adrianna Catena, y es también el primer argentino en conseguir el reconocimiento de 100 puntos Parker , otorgado por la publicación Wine Advocate a cargo del crítico Robert Parker Jr. para su Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc de 2013.

La historia se remonta a cuando el pequeño Alejandro pasaba los veranos con sus primos en el campo de su abuelo Tristán, un inmigrante italiano que los despertaba a las cinco de la mañana para que lo ayudaran con el trabajo de la huerta y el alimento de los animales hasta el mediodía. Durante el desayuno, les recitaba versos en italiano que sus nietos escuchaban entre quejosos y dormidos. Lo que en aquel momento resultaba casi tortuoso iba a ser el origen de su pasión por el vino y la tierra. Recién años después Vigil entendió que se trataba de la mayor obra...

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