La mafia china sumó otro blanco y también amenazó a comerciantes argentinos

El papel que encontró dentro de su local apenas levantó la cortina tenía unos signos absolutamente incomprensibles para él. Aunque intuyó el origen de esos símbolos. El dueño del supermercado Hugo, de San Francisco Solano, , le llevó la esquela a un comerciante nacido en China para que le tradujera el mensaje. Le confirmó que estaba escrito en chino mandarín. Y que debía preocuparse por lo que decía. Sin la ayuda de su colega oriental nunca hubiese entendido que era víctima de una extorsión y que si no pagaba los US$50.000 que le exigían podía ser atacado a balazos.Por supuesto, pensó que había un error, que la amenaza no era para él; no podía serlo. No tenía sentido, porque sabía que, generalmente, los mensajes intimidatorios de lo que se conoce como " " están dirigidos, precisamente, a comerciantes chinos. Tres días después una de sus cajeras fue baleada en las piernas. Los extraños episodios continuaron y, por caso, le prendieron fuego la cortina metálica del local.Los ataques en el supermercado Hugo, del barrio La Florida, ocurrieron en marzo pasado y ahora están en plena investigación. Una de las hipótesis que analizan los investigadores policiales consultados por LA NACION es que la mafia china busca generar conmoción y miedo para hacer que los comerciantes locales se vayan y, en el corto o mediano plazo, sus negocios pasen a ser regenteados por chinos."La primera sospecha fue que se trataba de un error, que se habían equivocado de comercio. Aunque como se trata del único supermercado de ese tipo regenteado por argentinos en esa zona de San Francisco Solano no descartamos que la intención haya sido la de generar miedo para que los comerciantes abandonaran el lugar", explicó un jefe policial.No se trata del único ataque que habría protagonizado la mafia china contra comercios regenteados por argentinos. Hubo por lo menos tres casos, todos en la zona sur del conurbano."Hay dos hipótesis. Una es que se hubiesen equivocado de objetivo. Esta gente viene a la Argentina desde Fujian, que es la provincia más pobre y atrasada de China. Las personas que dejan esas cartas extorsivas muchas veces no saben leer ni escribir y cometen muchos errores. Otra posibilidad es que detrás de los capitales argentinos haya empresarios chinos y que la mafia lo sepa", dijo a LA NACION un detective que desde hace tiempo investiga esta modalidad del crimen organizado.El último día de abril, a las 8, Juan Carlos fue a abrir el local de venta de artículos de...

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