La Colección Jozami, en Madrid

Las exhibiciones tienen un anclaje limitado en el tiempo. Temporalidad especialmente particular la de una curaduría, que despunta con la idea y su definición hasta llegar a su materialización, para luego dejar que aquel planteo inicial adquiera otras dimensiones a partir de la participación del público. Quedan los catálogos como objetos atesorados que –entre sus particulares funciones– permiten retrotraernos en el tiempo y rememorar las vivencias que estas muestras de arte han generado.La exposición Entre tiempos… presencias de la colección Jozami en el Museo Lázaro Galdiano, exhibida en Madrid hasta el lunes próximo, y el libro que la acompaña suscitan algunas reflexiones acerca de las posibles redes y diálogos fecundos que pueden llegar a establecerse entre las producciones artísticas de épocas y espacios distantes.La colección de Marlise y Aníbal Yazbeck Jozami está conformada por piezas de distintos formatos y soportes, cuyo abanico temporal se inicia en el siglo XIX y llega hasta el presente, y que han sido elegidas a partir de una premisa sustancial: la de ser parte de un discurso artístico con un fuerte compromiso social. Constituida tanto por pinturas, esculturas, fotografías y videos como por instalaciones y registros documentales, tiene la particularidad de poner el eje en las producciones artísticas del Cono Sur y ampliar sus horizontes hacia el terreno internacional más actual.En la vecindad de dos espacios (el espacio del Museo Lázaro Galdiano propiamente dicho y el adyacente de la que fuera la editorial de La España Moderna) se desarrolla la original propuesta curatorial de Diana Wechsler, que ha tenido una respuesta categóricamente positiva tanto del público como de la crítica especializada.Es un proyecto compartido. Fue posible gracias a una política encarada por la actual dirección del Museo Lázaro Galdiano, que lo ha instalado como centro del coleccionismo, y al planteo de la curadora, en el cual se evidencian los diálogos establecidos entre ella y los coleccionistas. Además, en el libro, se convocó a diferentes especialistas que han compartido saberes y han otorgado un destacado espesor histórico y teórico a esta exposición.El museo funciona en el Palacio Florido, construido por Lázaro Galdiano y donde dispusiera su vasta colección de arte español y europeo. Es aquel ámbito privado el que acoge en sus muros la homónima colección particular –una de las primeras colecciones privadas de España pensadas con el Prado como modelo– que hoy ha...

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