Macri, desde la pelea interna hasta Tinelli

Cierto fresco se siente en el despacho de los presidentes. Colaboradores y secretarios de Mauricio Macri van vestidos con algún abrigo. La calefacción está puesta en su nivel mínimo, cuenta uno de esos ayudantes. El despacho ya es otro, aunque es el mismo. De la vieja decoración sólo quedan el escritorio y la enorme boiserie en la pared de la chimenea. Los sillones claros, cuadros con pinturas modernas y una antigua mesa redonda crean un ambiente menos saturado, más liviano. La decoración está inspirada, aunque no es idéntica, en el Salón Oval de la Casa Blanca. "Ayer hizo más frío", dice el Presidente no bien empieza el diálogo. La energía rondará la conversación, una y otra vez.

Sin embargo, Macri comienza por despejar rumores. "No es cierto que falta coordinación en el gabinete o que haya fracasado la idea de dividir el viejo Ministerio de Economía", afirma, enfático.

En ese despacho, cuenta, se reúne una vez a la semana un equipo integrado por Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Alfonso Prat-Gay, Gabriela Michetti (o Federico Pinedo si ella no está), Emilio Monzó, Ernesto Sanz, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui (vicejefes de Gabinete éstos dos últimos). Siempre hay un sillón a disposición del ministro con el problema más urgente o más importante.

"Desde aquí se coordina todo", explica. ¿Acaso no hay problemas entre Prat-Gay y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger? "Antes de asumir, pensé mucho en ellos dos. Uno debía ir al Banco Central y el otro al Ministerio de Hacienda. Los dos sabían que el que fuera al Banco Central tendría asegurado el respeto a su independencia. A veces, le pregunto a Sturzenegger si no sería conveniente una tasa más baja. Él me dice que no en este momento. Yo lo respeto. Los ministros de Economía creen menos en la independencia del Banco Central. Siempre fue así. Pero yo debo dar el ejemplo: la institucionalidad comienza por separar la amistad de la función que un amigo cumple en el Estado", responde.

Al Presidente no le gusta que le disputen la propiedad intelectual de sus mejores logros. Subraya: "Aquí, en esta oficina, yo decido la estrategia. Yo dije que del cepo al dólar había que salir inmediatamente después de asumir y entonces me criticaron hasta mis amigos. Salimos muy bien. Yo dije que había que arreglar cuanto antes con los holdouts. Una vez lo bajé de un avión en Nueva York a Luis Caputo (secretario de Finanzas) y le ordené que no volviera al país sin el acuerdo en la mano. Fue así...

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