Macri necesita de una alianza sindical

Este año los sindicatos tienen asegurado un gran protagonismo. No solo porque la espiral inflacionaria siempre estimula el conflicto laboral. Desde que la Casa Rosada impuso un cambio de estrategia al Banco Central, la dirigencia gremial es más determinante. Con una política monetaria menos rigurosa, los acuerdos salariales se vuelven cruciales para desacelerar la carrera de los precios. Es una mutación fundamental: si insiste en derrotar la inflación, Mauricio Macri necesita más que antes de una alianza sindical.

Es una de las razones por la que se postergó a marzo el tratamiento legislativo de la reforma laboral. Es verdad que hubo otras. Miguel Pichetto, el jefe de los senadores dialoguistas del PJ, pidió una demora explicando que esas leyes no deberían aprobarse en un proceso exprés. Pichetto, pero también los representantes del oficialismo, pretenden evitar movilizaciones incendiarias como las que se produjeron durante el debate de la actualización jubilatoria. En consecuencia, que los proyectos laborales se traten durante las sesiones ordinarias, permitiendo que las críticas se canalicen en cada comisión. El Senado se limitará en extraordinarias a dos iniciativas que desatan pocas controversias: la ley del mercado de capitales y la de defensa de la competencia.

De todos modos, si el oficialismo quisiera acelerar su propuesta laboral, no lo conseguiría. Hasta mediados de febrero la sufrida dirigencia sindical seguirá de veraneo. Y, cuando regrese de las vacaciones, le costará alcanzar un acuerdo. El sindicalismo está desarticulado por la desconfianza entre facciones. Para Macri y su ministro Jorge Triaca es un problema. No tienen con quien acordar. Pero es también una ventaja. Cualquier unificación se gestaría sobre una mayor confrontación con el Gobierno.

A estas dificultades hay que agregar un clima enrarecido. Cuando los jefes gremiales vieron a Juan Pablo "Pata" Medina fumar su exótico narguile mientras le colocaban las esposas, no se sintieron afectados. Al revés, en la Uocra festejaron. Medina fue siempre visto como un cuerpo extraño a la corporación. En cambio, cuando los mismos capitostes observan lo que ocurre con Marcelo Balcedo, el dirigente de Soeme capturado en Uruguay, se ven en un espejo. Balcedo pertenece a una dinastía sindical platense. Y las razones de su infortunio podrían alcanzar a cualquier sindicalista relevante. La UIF y la Procuración sobre Lavado de Dinero detectaron transferencias extrañas en el gremio y en...

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