Macri: del desánimo a la convicción de un triunfo en el ballottage

Mauricio Macri rememoró en los últimos días un viaje que hizo a la ciudad de Atlanta en los 90. Les relató a sus colaboradores que había ido enviado por su padre para una gestión de la empresa Movicom y que había quedado impactado por lo pujante de ese enclave de Giorgia, alejado del epicentro político de los Estados Unidos. El recuerdo lo asaltó de repente, mientras miraba por la ventana de la camioneta oficial durante una gira en una de las provincias más pobres del país.Cuando se acerca Macri reconoce ante su entorno lo lejos que quedaron los modelos que tenía cuando aterrizó en la Casa Rosada y las dificultades que tuvo para combatir la pobreza estructural.Quienes trabajan cerca suyo aseguran que la crisis económica que se disparó el año pasado -y que sacudió muy fuerte al Gobierno en el primer cuatrimestre de este año-"golpeó duro" el ánimo de Presidente. El optimismo empedernido que lo caracterizaba vivió un súbito baño de frustración. Y cerca suyo comenzaron a ponderar el solo hecho de llegar al 10 de diciembre sin una debacle total."Zafamos de un 2001", dijo días atrás el Presidente, haciendo una retrospectiva, según pudo reconstruir LA NACION en diálogos con su entorno más cercano.Insuflado por el repunte de Juntos por el Cambio que registraron las últimas encuestas, Macri se exhibe entre los suyos de mucho mejor humor. Le queda cómodo el traje de campaña que Pro sabe confeccionar a su medida. "Volvió a hablar de deportes como antes. Está proactivo y positivo. Hace tres meses la estaba pasando mal", dijo en estos días un viejo amigo suyo de la adolescencia. Estuvo con el Presidente en la quinta Los Abrojos, domingos atrás, para ver la final de la Wimbledon entre Novak Djokovic y Roger Federer.Macri reconoce frente a sus colaboradores de campaña que encarará un duelo muy difícil con el kirchnerismo en las urnas. A diferencia de los más optimistas de su equipo, el Presidente pronostica que será una pelea de tres rounds, con ballottage, con final feliz. También, que empezará la contienda electoral de las PASO peleando de atrás."La gran diferencia en esta elección es que Juntos por el Cambio disputa electorado con otras boletas; en cambio, el kirchnerismo y el peronismo cosechan solos", señalaron en el Gobierno a LA NACION.Macri apostó en los últimos días a que la gobernadora María Eugenia Vidal ganará en la provincia de Buenos Aires. Lo hizo más...

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