Luis Felipe 'Yuyo' Noé: 'Me consideran la viuda de un pintor de los '60 ¡y yo estoy vivo!'

se queja: "Nada de Luis Felipe. En esta casa soy «Yuyo»". Después se mueve con agilidad, hace chistes y posa con cierto apuro por terminar con una sesión de fotos que lo incomoda. En toda una pared se despliegan carpetas oficio numeradas de 1959 a 2014. "Éste es mi currículum", dice Noé, y no exagera. Intenta mantener un perfil bajo, pero es un personaje central en el arte contemporáneo argentino, infaltable en vernissages del circuito porteño, amigo entrañable de sus amigos y referente para nuevas generaciones de artistas que lo admiran y respetan. Durante el verano, demostró la juventud de sus 82 años con una muestra de pinturas posteriores al año 2000 en la Colección Fortabat. Sigue queriendo probar que la pintura está por inventarse. Y, además, está eso que siempre le recuerdan y donde detesta que lo encasillen: la Nueva Figuración, el grupo con el que superó el límite entre abstracción y figuración en los años 60, y le dio un giro a la historia del arte argentino.

Viene de un viaje de dos meses por Europa: la mitad del tiempo estuvo en París, donde vivió por once años y donde viven sus dos hijos, Gaspar y Paula, y sus dos nietas. Paseó por Sicilia con una vieja amiga francesa y anduvo por Bruselas, Luxemburgo, Brujas, la Costa Azul y Marsella.

-¿Vio mucho arte?

-Vi cosas muy interesantes. En Sicilia visité ruinas como piazza Armerina, donde está la Villa Romana del Casale, que es algo extraordinario: 3500 metros cuadrados de mayólicas que cuentan la vida de entonces y están impecables. Una de las imágenes más conocidas es la de unas jóvenes gimnastas en bikini, que llevan pesas en las manos. También es imperdible la Catedral de Monreale, una joya bizantina que está cerca de Palermo, que se hizo en diez años. Me gustó mucho volver a ver il Duomo di Siena, me había olvidado lo maravilloso que es. Hablando de edificios, uno que me impresionó muchísimo es la Fundación Louis Vuitton, en París, una obra de Frank Gehry. ¡Es un genio! Y esa palabra no la uso nunca. Es como un edificio dentro de otro, algo extraordinario. Ahí vi la exposición de un joven danés, Olafur Eliasson, muy interesante. En el Centro Pompidou, vi una muestra de Duchamp pintor y ésa es la perspectiva que yo tengo de él: para mí, Duchamp nunca dejó de ser pintor; la suya era una visión de pintor ampliada, aun en sus objetos. También vi una muestra de Klimt en la Pinacoteca de París. Y mucho Arte Bruto, que está muy de moda y no es tan bruto, porque hay artistas de un oficio, una elaboración, que yo diría más bien que son singulares. Vi una muestra de Haití, otra de la escultora, pintora y cineasta Niki de Saint Phalle, y una extrañísima muestra dentro de una vieja fábrica de acero de una...

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