La lucha de las familias de chicos con discapacidad por conseguir vacante: 'Cuando me dijeron: 'No te lo puedo aceptar', me puse a llorar'

Group of special students in classroom, a down syndrome girl, two handicapped boys and two female teachers drawing and painting on black board together.

"No tenemos vacante", "Ya cubrimos el cupo de integración", "No contamos con los recursos para manejar un caso como el de tu hijo", o, lisa y llanamente: "No hacemos integración". Cada vez que llega diciembre y comienza a vislumbrarse el próximo ciclo lectivo, la desazón se apodera de muchas familias con hijos con discapacidad. A pesar de que la educación inclusiva es obligatoria en nuestro país , conseguir una vacante se vuelve, para ellas, una misión imposible que demanda recorrer, a veces, decenas de escuelas .

Organizaciones que trabajan en este tema, como la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), aseguran que no se trata de casos aislados sino de una práctica sistemática que se da, especialmente, en los colegios privados sin que puedan precisarse cifras, ya que los rechazos suelen darse en contextos informales y no todos los denuncian.

"¿Por qué me tienen que llevar a tantos colegios?"

En algunos casos, la acumulación de negativas ante la búsqueda de vacante es tan grande, que los padres de los chicos han perdido la cuenta. Dicen que es frecuente que, ante un primer "sí" a la matriculación, las instituciones se queden "mágicamente" sin cupo justo en el momento en que el diagnóstico en cuestión sale a la luz.

Tal es el caso de Verónica Frágola, mamá de Félix, de doce años, que es amante de los autos y de los animales, hipersensible y muy buen hermano. Verónica aún no logra dar con un colegio que tome a su hijo para primer año del secundario. Está buscando desde marzo y perdió la cuenta de la cantidad de colegios que visitó . "Llegó a pasarme que me llamaran de un colegio en el que había averiguado y, cuando comenté que Feli tiene TGD me respondieran: ‘Ay, qué cosa… no te lo puedo aceptar’. Me puse a llorar", recuerda la mujer, influencer y creadora de contenidos de belleza.

" Lo de la inclusión es un invento . Las instituciones se quieren sacar de encima a los chicos neurodivergentes (N. de la R.: que están dentro del espectro autista)", se lamenta sollozando. Frágola todavía conserva la nota que recibió del colegio al que iba su hijo en sala de 4. Allí puede leerse que, según el personal a cargo, las conductas del nene ponían "en riesgo a otros compañeros de la sala" y dificultaba "el trabajo pedagógico de la docente". Lo que siguió fueron etiquetas, rechazos de todo...

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