Looney Tunes, marca registrada

No debe haber fuera de Disney una marca registrada de la animación más asociada a un estudio de Hollywood, a un puñado de nombres y a una serie de identificaciones que triunfaron sobre el paso del tiempo como los Looney Tunes.Nacieron en los años 30 con un espíritu original, cuando Warner Bros. imaginó un vehículo animado para promocionar sus primeras grabaciones, para las que auguraba un fértil mercado. Dos décadas después, el apogeo de la animación televisiva fue también el comienzo de la etapa dorada de la serie, gracias al talento incomparable de un grupo de inmensos artistas liderado por Chuck Jones, y de allí en más, hasta hoy, sus personajes conservaron una popularidad enorme y globalizada, aunque no todos los intentos de emprender con ellos nuevas etapas y relanzamientos resultaron felices.De todas maneras, la atracción de estos personajes (Bugs Bunny, el pato Lucas, Porky, Elmer, Speedy Gonzales, el gato Silvestre, Tweety, el irritable Sam Yosemite, el Demonio de Tasmania, el zorrino Pepe le Pew y, por supuesto, el Correcaminos y el Coyote) resulta inoxidable, además de tentadora para las nuevas generaciones de animadores y productores.Inspirados por la historia, por la riqueza de los personajes y también por el homenaje a uno de sus grandes mentores (este año se cumple una década de la muerte de Chuck Jones), Warner Bros. lanzó El show de los Looney Tunes , que Cartoon Network emite todos los domingos, a las 19. En este nuevo ciclo no falta ninguno de los nombres clásicos, pero el viejo modelo de sketches (que por ahora se conserva sólo en los cartoons que acompañan algunos largometrajes animados del estudio, como El oso Yogi) ahora mutó a una fórmula mucho más cercana a la comedia de situaciones."Son los personajes de siempre, pero en una comedia moderna -explica a La Nacion Hugh Davidson, responsable del equipo de autores del programa-. Empezamos pensando en un show de variedades, como el de los Muppets, pero encontramos mucho más divertida la posibilidad de una comedia. Además, hay cosas que eran graciosas en los cortos, pero ahora no nos podemos permitir, como la...

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