En Londres o en Buenos Aires, a toda hora hay competencias

La pantalla no da respiro por estas horas. No hay momento en que la competencia -ardua, intensa, incierta en materia de resultados- se quede sin aire.Los Juegos Olímpicos se han hecho dueños del televisor. Pasa así desde el último jueves y así ocurrirá en las próximas dos semanas. Porque, al fin y al cabo, el más importante encuentro deportivo a escala mundial no sólo mide el talento y la destreza de los mejores en cada especialidad. También pone a prueba cada cuatro años -a imagen y semejanza de lo que ocurre en los Mundiales de fútbol- la evolución de la imagen. Cada ceremonia olímpica registra el avance hacia nuevas y cada vez más perfeccionadas fórmulas televisivas y, en este caso, así como quedó comprobado durante la portentosa ceremonia inaugural, el 3D demostró que tiene habilitadas las puertas del futuro inmediato. Con una visión que ya dejó de ser experimental, para convertirse de a poco en rutina y práctica permanente, la TV en tres dimensiones abre con el deporte olímpico una puerta que seguramente podrá ampliarse hacia otras experiencias y géneros en un futuro que ya es presente.Mientras esto ocurre en un terreno ya consolidado desde lo tecnológico, pero todavía se mantiene al alcance de pocos desde el punto de vista de los consumidores, la TV convencional ejerce con los Juegos una magnética atracción que excede al lógico interés por seguir al detalle el desempeño de nuestros representantes. En este sentido, los canales que cuentan con los derechos de transmisión (TyC Sports, ESPN y DirecTV Sports, en la TV paga, y la TV Pública, entre los canales de aire) cumplen hasta ahora la promesa de dedicar la mayor cantidad posible de horas a...

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