El loco del tránsito

La evolución del transporte a comienzos del siglo XX modificó por completo la fisonomía de las ciudades. En aquellos años, por las precarias calles y caminos transitaban carros, carretas, carruajes, jinetes, tranvías a caballo, tranvías eléctricos, bicicletas, algún ómnibus (no colectivo) y los primeros automóviles. Si se meten todos estos ingredientes en una coctelera y se bate un poco se obtendrá una alta dosis de caos.En Buenos Aires, un espíritu inquieto se preocupó por el tránsito. Algunos lo llamaban monsieur Lebonnard, mientras que otros lo conocían como monsieur Hoffart. Muchos hablaban de el francés cuando se referían a él, pero en realidad era belga. Había sido un joyero y prestamista de buena clientela hasta que la crisis del 90 lo arruinó. En aquella oportunidad se despidió de la ciudad, viajó a Bélgica y ya empezaba a borrarse del recuerdo de los porteños cuando de imprevisto regresó. Eso sí, un poco más chiflado.En 1903 se le dio por dirigir el tránsito en Florida y Sarmiento. Luego se trasladó a una esquina un poco más caótica: Corrientes y Esmeralda. Siempre lucía ropa elegante. Sus zapatos eran caros y relucían, su sobretodo de invierno era la envidia de muchos y su galera resultaba inconfundible. Se había impuesto dos turnos, uno que comenzaba a media mañana y otro a las 4 de la tarde. Se paraba en medio de la calle y controlaba el paso de los vehículos agitando un periódico enrollado, matutino o vespertino, según la ocasión.Por supuesto que algunos se reían de ese personaje y le lanzaban frases ocurrentes. En esas ocasiones, Hoffart, quien...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR