Llegó la realidad y se produjo el fin de la ilusión

Las ventas de bienes básicos vienen cayendo: 1,6% en el último trimestre de 2022 y 1,6% en enero. En los autoservicios de barrio, la caída fue mucho más abrupta: -9%.

Las sociedades contemporáneas tienden, de manera creciente, a ser paliativas. Focalizadas en la búsqueda del bienestar como nuevo mantra de la época, procuran eludir el dolor. Se trata de disfrutar, reír, experimentar. La paleta emocional se acota a los sentimientos positivos. El shock visceral de 2020/2021 profundizó el arraigo de los valores posmodernos: carpe diem (goza el día)

En 2022 los argentinos se abrazaron fervorosamente a este patrón de conducta global bajo la consigna pospandémica "ahora quiero vivir, no me importa nada". Entre el éxtasis celebratorio del Mundial de fútbol y el soleado verano lograron estirar esa estimulante vibración hasta que sucedió lo inevitable. Llegó la realidad y se produjo el fin de la ilusión.

Para prever la configuración de 2023 puede resultar útil trazar una analogía con un famoso concepto desarrollado por el historiador británico Eric Hobsbawm . Quien fue reconocido como uno de los grandes referentes globales en su materia definió el siglo XIX como un "siglo largo" que se extendió desde la Revolución Francesa, en 1789, hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial, en 1914, y al siglo XX como un "siglo corto" , que dio comienzo en la fatídica instancia bélica y concluyó con la caída del Muro de Berlín, en 1989. Apenas 77 años.

Respetando la lógica de su pensamiento, es decir, analizando la temporalidad según el devenir de los acontecimientos y no meramente según el calendario, podríamos decir que 2022 fue un "año largo" que comenzó el 21 de septiembre de 2021, cuando oficialmente se liberaron todas las actividades económicas anunciando el comienzo del fin de la pandemia, y que concluyó entre el 1º y el 2 de marzo de 2023, cuando se sucedieron, a modo de alarmas simultáneas, el masivo apagón y la violenta amenaza a Lionel Messi. Pocas cosas más simbólicas que quedar a oscuras, desconectados y con un riesgo manifiesto sobre el ídolo popular que les dio a los argentinos su mayor alegría colectiva en muchísimo tiempo .

El año que, según este razonamiento, acaba de comenzar, será entonces un "año corto". En principio, concluiría cuando se defina el proceso electoral, en octubre o noviembre. Bien podemos bautizarlo "el año del efecto Cenicienta". En marzo, "dan las doce y la carroza se transforma en calabaza". Se acaba la magia y se rompe el...

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