Llegó la hora de tragarse sapos

Reunión de Roberto Feletti con Juan Grabois

De espaldas al Congreso, escoltado por Esteban Castro, Dina Sánchez y otros militantes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, Juan Grabois eligió anteayer la comparación más provocadora. "No está la Banelco, como hace 20 años: está la American Express", dijo. Había fracasado el martes la sesión para tratar la ley de envases, un proyecto del Gobierno, y el líder del Frente Patria Grande acusaba a legisladores de haberse dejado influir por compañías norteamericanas. "El lobby corrupto de las grandes corporaciones salió bien: lograron que algunos de los ministros que firmaron la ley no den la cara por la ley. Cuando ellos no te pueden comprar logran intimidarte, que te quedes calladito. Total les pegamos a Máximo Kirchner y a Grabois, pero vos quedate calladito", dijo a Radio 10.

Es difícil que el proyecto salga. No es cualquier proyecto: lo impulsa La Cámpora en un momento interno sensible del Frente de Todos, en plena disputa con parte del PJ, y según los cálculos podría recaudar entre 350.000 y 420.000 millones de pesos anuales. Esta vez, a diferencia de lo que pasó con el etiquetado, el oficialismo no pudo convencer a los de Juntos por el Cambio. Gladys González, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente del Senado, que hasta hace unos meses les decía a sus compañeros que no podían regalarle esas banderas a la izquierda, ahora trabaja en un texto "mejorado".

Pero las trabas no están solo en la oposición. Grabois le echa la culpa a una gestión de lobbying que en realidad quedó inconclusa: el viaje anual que la Cámara de Comercio Norteamericana hace con legisladores y otros dirigentes a Washington, que debía empezar el sábado pasado, incluía reuniones con Juan González, asesor de Biden y director senior de Asuntos del Hemisferio Occidental; Kevin O’Reilly, subsecretario adjunto del Departamento de Estado, y Katherine Tai, representante de Comercio, y que se frustró porque había siete diputados invitados y debía tratarse el tema en la cámara. En las empresas atribuyen la crítica a que siempre actúan con transparencia y a que no tienen nada que esconder porque ya han organizado 65 viajes, pero es probable que todo se haya desencadenado al incluir en la invitación a Itaí Hagman, del bloque de Grabois, que seguramente alertó al líder social.

La realidad es que la ley de envases ni siquiera entusiasmó al peronismo . "Si hubiera una caja para los sindicatos, la CGT estaría apoyando"...

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