Llegar a la universidad: un sueño para pocos en las zonas rurales

LA RIOJA.- Cuando Néstor Puntano terminó la secundaria, estaba convencido de que quería seguir estudiando. Cargaba en su mochila el sueño de convertirse en ingeniero agrónomo, pero no sabía cómo cumplirlo. Haber nacido en Punta Pozo, un pueblo santiagueño de 700 habitantes sin luz ni agua ni gas y a 150 kilómetros de la capital, era uno de los obstáculos que lo separaban de la posibilidad de cursar una carrera universitaria. ¿Cómo convertirse en ingeniero si en su pueblo solamente había una escuela primaria?

Según el Ministerio de Educación de la Nación, una de cada diez personas de clase media urbana tiene acceso a finalizar una carrera universitaria. Sin embargo, en zonas rurales, este número se limita a una de cada 100. En la Argentina, el 9% de la población vive en zonas rurales, pero dentro de los casi cuatro millones de personas que tienen acceso a la universidad la representación rural es del 2%.

"Para los chicos que viven en la residencia es casi imposible acceder a la universidad, porque son de pueblos que están muy alejados. Muchos han trabajado desde chicos recogiendo uvas o haciendo changuitas, y para sus familias es imposible pagar un alquiler en la capital y abordar los costos de las fotocopias y los libros", explica Belén Narváez durante la inauguración de la Residencia Universitaria de La Rioja de la Fundación Sí, que ella coordina.

Hace cuatro años, esta entidad comenzó un sistema de albergues para que quienes habitan en zonas rurales del país puedan acceder a la educación superior. Allí, los jóvenes -primeros universitarios de su familia y, en algunos casos, de sus comunidades- se alojan de manera gratuita y tienen cubiertos los gastos de alimentación y lo necesario para poder llevar adelante sus carreras.

Puntano cursó la secundaria a 50 kilómetros de Punta Pozo, donde se encuentra una sede de las Escuelas de la Familia Agrícola (EFA). Se trata de un sistema de educación con 15 días de cursada presencial viviendo en la escuela y 15 días a distancia con trabajos desde la casa que forma a los jóvenes como técnicos agropecuarios. El sistema es arancelado, con una cuota que, si bien es accesible, suma una barrera económica al obstáculo geográfico ya existente. "Cualquier joven de mi pueblo que no pueda pagarlo queda estancado en noveno grado", explica Néstor.

Al terminar la secundaria, en 2012, Puntano comunicó su sueño de ser universitario al rector de la escuela. Ese anhelo llegó hasta Manuel Lozano, presidente de Fundación...

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