Llegar al mundo: el desafío de incrementar las exportaciones

"Volver al mundo" es una de las muletillas que suele reiterar el presidente Mauricio Macri. Desde su llegada a la Casa Rosada, impulsó medidas tendientes a estimular el comercio exterior (como el fin del cepo y de las DJAI, la desburocratización, la eliminación de retenciones), pero entre factores propios vinculados con la pérdida de competitividad y cuestiones exógenas como los precios internacionales y las corrientes proteccionistas que sobrevuelan en algunos mercados internacionales, las exportaciones argentinas llevan años en declive y hoy no logran despegar.

Según el Indec, las ventas al exterior crecieron 1,7% en 2016 (llegaron a un total de US$ 57.737 millones) y avanzaron un 1,8% en los diez primeros meses de este año, en comparación con igual período de 2016, con volúmenes que resultan un 30% inferiores al del pico de 2011 (US$ 82.000 millones), antes del cepo. Hoy, según estimaciones de la consultora DNI, el país tiene el 0,3% de las exportaciones globales (mientras que, en términos de PBI la participación es de 0,8%), en un devenir que lo llevó a ser superado por países como Finlandia, Rumania, Chile o Eslovaquia.

"El estancamiento luce preocupante", dice la economista Marina Dal Poggeto, de Eco Go, quien pone el foco en el crecimiento interanual del 18,9% en las importaciones del período de enero a octubre (US$ 55.386 millones), que ubican al déficit comercial en US$ 6115 millones. "Ese es el talón de Aquiles del esquema de gradualismo fiscal", añade su colega Federico Furiase, quien ubica a la generación de divisas a través del comercio exterior como una de las llaves de la sustentabilidad del modelo económico, que el año que viene busca reducir el déficit fiscal al 3,2% del PBI y enfrenta un programa financiero de alrededor de US$ 30.000 millones.

  1. Dólar

    Uno de los factores claves para analizar la foto de las exportaciones es el tipo de cambio. En su esquema de reducción gradual del déficit, el Gobierno recurre al endeudamiento externo para su financiación, en una dinámica que, combinada con altas tasas de interés en pesos, genera una mayor oferta de dólares que tiende a apreciar la moneda local. Según cálculos del Centro de Estudios Económicos del Sur, en 2017 el tipo de cambio se devaluó un 9,2%, mientras que la inflación acumulada en el período es del 20,9%.

    "El tipo de cambio anestesiado refleja un problema estructural que se paga en la pérdida de competitividad frente al dólar, y eso redunda en un estancamiento de las exportaciones", señala Furiase...

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