Llamativo silencio en Balcarce 50

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner hizo ayer un llamativo silencio ante la revelación de que los hermanos Juliá enviaron a España tres embarques de drogas a través del aeropuerto de Ezeiza antes de que se descubriera en Barcelona el cargamento de 944 kilogramos de cocaína. Sólo recordaron en el Ministerio de Seguridad, que dirige Nilda Garré, que la semana pasada se pusieron en marcha cambios en los controles de tráfico de estupefacientes.Fuentes de la Casa Rosada aseguraron que no habrá renuncias ni descabezamientos por la falta de capacidad para detectar tantos envíos al exterior. "La Justicia de España y la de Argentina están investigando y cuando haya un elemento que involucre al Ministerio de Seguridad, la ministra dará su opinión", dijo a La Nacion un allegado a Garré.En rigor, existe una velada crítica a la anterior gestión en la seguridad aeroportuaria, que estaba bajo la órbita del actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Con la llegada de Garré al comando político del área y ante el escándalo protagonizado por los Juliá, hijos del jefe de la Fuerza Aérea de la era menemista, la ministra ordenó revisar y modificar todos los protocolos de actuación de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).Por ejemplo, en la nueva redacción de los procedimientos de la PSA, uno de los ejes principales es la necesidad de incrementar los controles en vuelos comerciales no regulares y de aviación general, principalmente los vuelos privados y los denominados "taxis aéreos", según anunció Garré el 28...

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