En llamas. Nadal se abre camino en la hoguera de Palermo

A Rafael Nadal no le gustó ni un poco la idea de tener que jugar bajo el intenso calor porteño, con un descanso ligeramente acotado, ya que fue el último en presentarse en el torneo -en la noche del jueves, contra Juan Mónaco- y en la tarde del día siguiente debía afrontar otro duelo con un clima capaz de complicar a cualquiera. El campeón defensor aprobó varios exámenes en una tarde, pero lejos estuvo de la nota "sobresaliente". Dejó atrás al italiano Paolo Lorenzi en un día en que el sol asomaba como un adversario más, y a despecho del generoso caudal de errores no forzados que volcó, obtuvo su pase a una semifinal del Argentina Open, etapa en la que se enfrentará hoy con el austríaco Dominic Thiem.

Más allá de la situación reglamentaria -debía jugar temprano porque Lorenzi tenía a continuación un partido de dobles, y los individuales son prioridad-, Nadal no ocultó su enojo por tener que actuar con tanto calor. "Sería bueno que se pudiera hacer algo. Debería haber un reglamento para jugar con ciertas temperaturas, porque hay condiciones extremas que no son como para practicar el deporte, que no son buenas para los jugadores ni tampoco para el espectador", destacó Rafa, que de ese modo aludió a una breve interrupción que se produjo durante el tie-break del primer set, cuando debió ser atendida una persona del público que se descompensó. "Hasta que alguien sufra algo grave, no habrá remedio. Pero se debería hacer algo", agregó. Vale recordar que, por el momento, el Abierto de Australia es el único torneo que contempla una regla de calor extremo, por la cual la actividad se suspende en las canchas sin techo a partir de cierta combinación de altas temperaturas y humedad.

Si bien el clima puede ser considerado como un atenuante, lo cierto es que Nadal todavía arrastra dudas en su juego. La prematura eliminación en Melbourne le hizo retroceder algunos casilleros en el tablero de la confianza. Por momentos trazó algunos tiros característicos de su sello, pero los alternó con fallas impropias de aquel jugador que supo ser el número 1 del mundo y que es el mejor de la historia en polvo de ladrillo. Todo, en un partido sostenido a fuego lento, con poca intensidad y muchas equivocaciones. "Mi sensación de pelota es buena, pero en un...

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