¿A esto le llaman democracia?

AutorAdolfo Pérez Esquivel - Adriana Hugueni

En casi la totalidad de nuestros países se han instaurado procesos de democratización que, por la complejidad de sus contenidos, significados e implicancias pueden convertirse, si no se atacan los problemas de fondo en forma decidida, en una expresión de deseos más que en una realización concreta. Esto se da esencialmente porque, aún cuando sabemos que la solución a los graves problemas que sufrimos no se obtiene en un abrir y cerrar de ojos, las fuerzas democráticas coexisten con los sectores que detentan las variables claves de la estructura en que se basa el autoritarismo y la dependencia. Estas variables son, entre otras: la deuda externa, las Fuerzas Armadas y el poder económico concentrado.

Ante los desafíos y situaciones conflictivas que hay que superar recuerdo un antiguo proverbio que dice: “Si no sabes a donde vas, regresa para saber de donde vienes”. ¿Sabemos los argentinos y argentinas de dónde venimos y hacia dónde vamos?

Lo ocurrido en nuestro país durante la dictadura militar no fue la locura desatada por las fuerzas armadas. Fue parte de la política continental para implantar un proyecto de dominación neo-liberal a través de la Doctrina de Seguridad Nacional, que llevó a la expropiación de los recursos de nuestro pueblo. Contaron con la complicidad de diversos sectores del poder, de la intervención extranjera motora de la nefasta doctrina continental impuesta por los EE.UU., sumándose los aliados con la dictadura, como lo fueron empresarios, medios de comunicación, sectores eclesiásticos, sindicales. Esa política tuvo un alto costo en vidas humanas, que hasta el día de hoy reclaman Verdad y Justicia. Son los miles de desaparecidos, torturados, encarcelados, el exilio de miles de compatriotas y la destrucción de la capacidad productiva del país.

Ésta política de destrucción y apropiación de los recursos de nuestros pueblos no comenzó en 1976, fue mucho antes en nuestro país y en todo el continente. Entre los mecanismos de dominación, no puedo dejar de señalar las graves consecuencias provocadas por la deuda externa, que los gobiernos insisten en continuar pagando.

Ésta situación perversa se sostiene porque el gobierno pasado y los gobiernos que le precedieron, se han sometido a esa situación y se niegan a realizar una auditoría, a fin de determinar la deuda legítima de la ilegítima. El gobierno actual tiene todos los documentos del juicio iniciado por el Dr. Alejandro Olmos y que el juez Ballestero, en¬viara al Parlamento Nacional. Pero la decisión política es : “ de ese problema no se habla, no se toca. Se paga”, generando la impunidad y permitiendo continuar con el sa¬queo del país. Dejando a un lado la “deuda interna con el pueblo”

No se puede hacer una abstracción de las graves consecuencias de la deuda externa, y su estrecha relación con las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar. Los derechos humanos deben ser defendidos en su integridad y es necesario tener objetivos claros para enfrentar y resolver las asignaturas pendientes que el pueblo reclama: los altos índices de mortalidad infantil, el desempleo, el analfabetismo, las enfermedades endémicas, la exclusión social y la discriminación, la defensa del patrimonio del pueblo, que hoy corre un alto riesgo de perderse.

El modelo político de dominación implantado en el país no...

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