¿Por qué se llama Vauquita? Con el 'descarte' de sus clientes creó una de las golosinas preferidas por los argentinos

La apertura de su segunda tienda, sobre el boulevard Villegas, corazón de Trenque Lauquen, en la Navidad de 1950

Raúl Vidal (75) nació al lado de una fábrica de caramelos y chocolates. De chico despertaba con aromas a fermento y azúcar. Saltaba de la cama y cruzaba el jardín a zancadas. En el fondo había una pequeña puerta que separaba su casa de los (enfriadores) contenedores industriales de dulce de leche.

Cada mañana repetía la misma rutina: visitaba la fábrica con una tacita colgando de sus dedos, el dulcero abría la canilla del dulce de leche caliente y la llenaba hasta desbordarse. "Era un momento mágico", describe. Parece natural que varios años después, alguien como él inventara una de las golosinas preferidas por los argentinos...

Pero en aquella época, Raúl tenía apenas cinco o seis años. Su padre, Atilio Vidal manejaba la empresa familiar que había fundado su abuelo, Santos Ruiz . El año que viene Cauca -así se llama la compañía- cumple 95 años. Y esa inclinación por lo dulce, la que definió a los Vidal Ruiz por generaciones, comenzó con una efímera historia de amor.

La primera fábrica de Cauca sobre el Boulevard Villegas, en Trenque Lauquen

La historia de amor más dulce

Santos Ruiz se asentó en Trenque Lauquen, provincia de Buenos Aires, en 1910. Había llegado de Uruñuela, un pueblo del norte de España. Cuenta Raúl Vidal: "En cuanto llegó al país, comenzó a trabajar como contador en el bazar Zamacoys en la calle Villegas". Pero Ruiz se enamoró del negocio, ahorró cada sueldo y, un tiempo después, convenció al dueño de que se lo vendiese. Cuando lo tuvo, se expandió.

Después de unos años, Santos Ruiz se convirtió en uno de los empresarios importantes de Trenque Lauquen. Antes de 1930 había fundado una librería, tenía una imprenta y una tienda enorme . Era insaciable, siempre estaba en la búsqueda de nuevos negocios.

El bazar Zamacoys se modificó el nombre a Santos Ruiz; se encontraba sobre la calle Villegas, en Trenque Lauquen; unos años después se instaló en la mano de enfrente la primera tienda de Cauca

Una tarde, Ruiz fue a comprar bombones a la chocolatería del pueblo. Se sabe que la chocolatera era francesa. Su nombre no trascendió el paso del tiempo. "Algo pasó esa tarde, se habrán tirado una mirada, porque a partir de ese encuentro empezaron una relación", supone Raúl. El noviazgo duró poco más que un suspiro, pero fue tiempo suficiente para que el empresario se obsesionase con los dulces.

Viajó a España y compró las máquinas necesarias para comenzar una industria de chocolates y bombones. "Consiguió aparatos para cortar y dar forma a los caramelos, ollas de cocción de cobre...", enumera Raúl.

En 1930 montó la fábrica frente del edificio del bazar. Y, poco después, en la fachada, abrió la primera tienda de su nueva marca: "Cauca". Eligió ese nombre en referencia al Valle de Cauca, en Colombia, reconocido por ser un gran productor de cacao.

El local tenía estanterías de madera...

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