Litto Nebbia: una infancia de música y cine

Después de ver A la hora señalada, inolvidable western de Fred Zinnemann con Gary Cooper y Grace Kelly, su padre lo desafió a que tarareara el tema central del film. Litto tenía unos 5 años, pero esa tarde de principos de los años 50, mientras andaban por las calles de Rosario, fue capaz de entonar con fidelidad esa melodía que acababa de escuchar en el cine. "Muy bien", aprobó Félix, y enseguida le planteó un nuevo desafío: "¿Por qué no le hacés algunos adornos, como si fueran arreglos de una orquesta?".

Ahí estaban, en la misma escena, esas dos formas de arte que moldearían desde muy temprano a Litto Nebbia: la música y el cine. Venían, ambas, directo de sus padres, dos jóvenes que habían escapado de sus respectivas casas, donde sus inquietudes artísticas eran resistidas. En la de Félix, elegir el canto era sinónimo de optar por la vagancia. En la de Martha, no entendían que aquella concertista de piano y profesora de música se inclinara por el tango y el folclore. Luego de salir juntos un tiempo, Martha quedó embarazada. Una madrugada dejó su casa por la ventana y se encontró con Félix. Fueron en el taxi de un amigo hasta la pensión de una pareja de rusos en la calle Moreno 38. Allí, en un hogar donde a veces se comía salteado pero nunca faltaba la música, predestinado por los astros, nació Litto.

"Mis viejos eran muy bohemios. En casa no había un peso, pero se vivía arte. Y desde muy chico, yo compartía esa pasión con ellos", cuenta. De esos años de formación, donde templó tanto el carácter como su oído, Nebbia guarda dos joyas que marcaron su aprendizaje: un disco del quinteto del baterista Chico Hamilton, Gongs East! (1958); y otro con la banda de sonido de la película El halcón y la flecha (1950, dirigida por Jacques Tourneur y protagonizada por Burt Lancaster), compuesta por Max Steiner.

Al disco de Hamilton lo dejó en su casa un amigo de su padre. Como los Nebbia no tenían tocadiscos, Litto, entonces de 12 años, lo escuchaba en el Winco de un amigo. Lo deslumbraban el saxo alto, el clarinete bajo y la flauta de Eric Dolphy (en una de sus primeras...

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