Literatura y mujer, esa palabra de lujo

¿Habrá una poesía femenina distinta, en su naturaleza, de la poesía masculina? Y en el caso de que esa poesía especial exista, ¿habría que buscar en ella características como una sinceridad llevada al extremo del exhibicionismo, una sexualidad que no es sino el deseo de hacerse amar por los lectores? ¿Podría decirse que el hombre es más intelectual o que, por lo menos, profundiza más? ¿Será necesario vincular el sentido de la experiencia interior a un carácter esencialmente femenino? ¿Podría decirse que el apego a lo real es una de las características del hombre, en oposición a la mujer?

II

Haga una encuesta tipo Globo Repórter [noticiero]. Salga a la calle y pregunte a los que pasan: ¿qué es poesía?; ¿qué es mujer?; ¿de qué habla la mujer que hace poesía? Las respuestas establecerán el sentido común de lo poético y de lo femenino. Surgirán ciertas imágenes, a las que por convención llamamos "naturaleza" y consideramos bellas. El cancionero popular. Perfume, perla, flor, madrugada, mar, estrella, rocío, polen, corazón. Tibio, blando, sensible. Y, en aparente contradicción: inalcanzable, inefable, profundo. La vieja contradicción que los románticos no lograron resolver. La mujer es inalcanzable y sensual al mismo tiempo. Carne y luz. Poesía también. Lo poético y lo femenino se identifican.

Vayamos ahora al terreno erudito. Estoy escribiendo acerca de dos libros de mujeres famosas: Flor de poemas, de Cecília Meireles, y Miradouro e outros poemas, de Henriqueta Lisboa. Los dos han sido publicados por Nova Fronteira, y, a juzgar por la cantidad de ediciones, se venden muy bien. Son libros de escritoras consagradas; antologías anotadas, con prefacios de profesores universitarios, biografías y bibliografías. El prefacio de la antología de Cecília se titula: "Poesía de lo sensible y lo imaginario". El prefacio de Henriqueta, "De lo real a lo inefable".

El título de los prefacios ya orienta la lectura de estas poetisas: imágenes estetizantes, puras, líquidas. Todo aquí es limpio, y tenue, y etéreo. El discurso y los temas deben ser Bellos: ovejas y nubes. Hablando de, o mejor, insinuando el secreto de las cosas ocultas. Intimidad, don mágico, pudor, semitonos, sordina, velos, matices. Lo ocluido, lo velado, lo inviolado. La tentativa de "aprehender la esencia inaprehensible" de las cosas. La función tradicional de la poesía (¿de mujeres?): "elevación" por encima de lo real. Tonos esfumados. Nebulosas. Reflejos crepusculares. Luz mortecina...

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