Los límites de Barak Obama

AutorFabiana Barrera

Bien es sabido que el flamante presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, ha recibido desde el mismo día de su asunción una papa caliente que George Bush prefirió pasar y que pocos querrían agarrar pues el sistema económico-financiero no sólo de Estados Unidos sino del mundo está en terapia intensiva, con respirador artificial como consecuencia de una crisis sistémica a punto de estallar, con el efecto dominó que eso implica, y alguien tiene que firmar el acta de defunción, es decir, alguien tiene que declarar al sistema financiero mundial en bancarrota

Es importante destacar que los medios masivos de comunicación del mundo, incluso los propios medios de comunicación de Estados Unidos ya no disfrazan ni ocultan que el país del norte se encuentra atravesando por la crisis sistémica más importante de la historia, aún más grave que la caída de la década del 30.

Hoy hay ciudadanos norteamericanos que para poder comer todos los días necesitan de tarjetas electrónicas que son cargadas con montos de hasta 100 dólares para que los ciudadanos puedan canjearlos por alimentos, por comida. Por supuesto que estas llamadas tarjetas no son otra cosa más que aquellos cupones que se entregaban antes de la II Guerra Mundial para paliar la hambruna, sólo que en Estados Unidos han prohibido denominarlo como cupones de alimentos sino que les pareció más elegante denominarlos “Programa de Ayuda para el Complemento de la Nutrición”. Es verdad, el nombre es más elegante pero la realidad es que los ciudadanos americanos se están muriendo de hambre.

Aparentemente la situación de Estados Unidos con Irak parecería ser el mayor escollo a solucionar por Obama, pero hay que evaluar que antes que la política exterior el nuevo presidente deberá tomar decisiones importantes para dar solución a una gran crisis interna como es la problemática de la burbuja inmobiliaria. Un gran porcentaje de ciudadanos norteamericanos están abandonando sus hogares porque no pueden pagar las hipotecas que pesan sobre los inmuebles. Es decir, no va a estallar sino que la crisis de los embargos hipotecarios ha hecho ya reventar la burbuja inmobiliaria y esto genera que sean cada vez los norteamericanos que abandonan sus casas porque en ese país casi toda, sino toda la población tiene hipotecada su vivienda. El estallido se produjo pero todavía nadie habla de los “homeless” que son los que hoy viven en sus autos porque no tienen techo y todavía más silencio se guarda respecto de con que...

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