Libia, un conflicto incontrolable

Recientemente, las grandes potencias se reunieron en Berlín y acordaron cínicamente no intervenir en el violento conflicto armado que ha estallado en Libia, propulsado esencialmente por la ambición de acceder a las reservas de crudo más importantes del Continente Negro. A ello se suma, a la manera de indudable atractivo adicional, la excelente calidad del petróleo libio.Pero lo cierto es que no cumplieron su compromiso y siguieron interfiriendo en el duro conflicto armado interno que afecta al país del norte de África mediante la venta activa de toda suerte de pertrechos militares a quienes luchan por controlar ese país, así como proveyendo mercenarios rusos a las fuerzas encabezadas por el ya prominente general Khalifa Haftar.Egipto y los Emiratos Árabes son sus principales apoyos y aliados, a lo que se agrega el aval político que ese militar recibe de Francia.Haftar es un aliado estratégico de los Emiratos Árabes Unidos y de Egipto, razón por la cual la presencia y la actuación de los mercenarios rusos tiene un impacto geopolítico que va ciertamente más allá del conflicto específico en el que ellos operan.En una suerte de inquietante contrapartida, Turquía que está ampliando ostensiblemente su actuación externa en su propia región de influencia está cooperando...

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