La libertad religiosa como política exterior de los Estados: los casos de Estados Unidos y de la Unión Europea
Autor: | Elena López Ruf |
Páginas: | 35-54 |
Derecho, Estado y Religión
Número especial - 2017
Artículo
4. La libertad religiosa como política exterior
de los Estados: los casos de Estados Unidos
y de la Unión Europea
Elena López Ruf
Resumen
La libertad religiosa —entendida como un derecho humano fundamental de las de-
mocracias políticas modernas— además de ser reconocida como tal en convenciones
y tratados internacionales, recientemente ha comenzado a tener un rol cada vez más
importante en la política exterior de los Estados, inspirando políticas que han comen-
zado a institucionalizarse formalmente.
Tomando como modelo la Comisión Internacional de Libertad Religiosa de Esta-
dos Unidos (1998), Canadá abrió en 2013 una nueva ocina para la Libertad Reli-
giosa, a través de su Departamento de Asuntos Exteriores, Comercio y Desarrollo,
con el n de proteger a las minorías religiosas amenazadas, combatir el odio religioso
y promover en el extranjero los valores canadienses de pluralismo y tolerancia. En
el mismo año, la Unión Europea adoptó nuevas líneas directrices en la promoción
y la protección de la libertad religiosa a tener en cuenta en su política exterior de
derechoshumanos.
Este trabajo se propone abordar el desafío de la relación “factor religioso-política
internacional”, plantear la crisis global que atraviesa la protección al derecho a la li-
bertad y plantear descriptivamente dos iniciativas gubernamentales para la protec-
ción internacional de la libertad religiosa, como son los casos de Estados Unidos y la
Unión Europa, en el diseño de una política exterior en materia de libertad religiosa.
Palabras claves
Unión Europea — Estados Unidos — Libertad religiosa — Política exterior —
Derechos humanos
Introducción
Factor religioso y política internacional
En un contexto de creciente incertidumbre y tensión en el or-
den mundial ante la amenaza de una nueva carrera armamentista, la
construcción de nuevos muros, el cierre de fronteras, la continua y
Derecho, Estado y Religión · 2017 · Número especial · 35–54
36 | Elena López Ruf
Derecho, Estado y Religión · 2017 · Número especial · 35–54
creciente movilidad de desplazados y refugiados, los conictos arma-
dos en distintas regiones, la creciente desigualdad global, el terrorismo
internacional y el agelo de las esclavitudes modernas, desde distintos
ámbitos se vuelve a dirigir una especial mirada a la inuencia que “las
religiones” pueden tener en los actuales procesos políticos y en las re-
laciones internacionales, como actores determinantes en la congura-
ción de un nuevo orden global.
Ahora bien, las religiones juegan un rol complejo en los conictos
políticos modernos. Sus distintas interpretaciones pueden ser fuente
de inspiración de violencia como de procesos de construcción de paz
y promoción del desarrollo humano. Ante un nuevo orden mundial
emergente, que se presenta globalizado, interconectado, creciente-
mente multipolar y plural, las comunidades religiosas se han transfor-
mado en actores trasnacionales y globales.
Desde el atentado a las Torres Gemelas en 2001, se reforzó el estu-
dio del rol negativo de las religiones en la escena global como causantes
de inestabilidad internacional al asociar terrorismo y fundamentalis-
mo religioso. En contraste con estos estudios, muchos investigadores
están realizando estudios acerca del rol positivo y signicativo que las
religiones pueden tener como actores capaces de contribuir y aportar
propuestas alternativas a los conictos y desafíos globales; involucrar-
se en el ejercicio de una diplomacia multi-track, liderando —tanto
desde la base como en los altos niveles políticos— procesos de desa-
rrollo comunitario, procesos de construcción de paz, prácticas de en-
tendimiento mutuo y de diálogo interreligioso e intercultural.
Este proceso actual de “resurgimiento de las religiones” en la esce-
na global y pública en distintos niveles —local, nacional e internacio-
nal— desafía dos aspectos centrales de la Modernidad europea: por
un lado, la presunción de que la humanidad, al volverse cada vez más
moderna, se volvería al mismo tiempo más secular y causaría la esapa-
rición de la religión; y por otro lado, la presunción de que la religión
y la política tendrían esferas radicalmente diferenciadas en las que las
convicciones religiosas se limitarían a la esfera privada y a la intimidad
de las personas, sin inuir en la esfera pública política. A estas premi-
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba