Una ley para presionar y perseguir

Las leyes que emplean un lenguaje excesivamente abstracto o tan general que se torna difuso suelen resultar muy peligrosas. Más aún cuando incorporan al Código Penal nuevos artículos para penalizar las acciones que ellas definen con tal amplitud que todo un universo de conductas pueden resultar comprendidas para su castigo.Es lo que ocurre con el proyecto de ley antiterrorista, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados y que al cierre de esta edición el Senado se aprestaba a tratar. Tal como está redactada la norma, en el futuro puede ser empleada por el Gobierno o algunos de sus jueces obedientes como instrumento de persecución.En efecto, el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo prevé incorporar al Código Penal dos nuevos artículos que aumentarían las penas de todos los delitos que se cometan con "la finalidad de aterrorizar a la población" o de "obligar a las autoridades públicas a realizar un acto o abstenerse de hacerlo".Puede advertirse con suma claridad que en ambos casos son tan amplias las definiciones que dejan de ser tales para convertirse en conceptos que necesariamente requieren una interpretación, y aquí es donde radica el peligro del proyecto.Las leyes penales no pueden ser poemas ni acertijos. Han de ser concretas y precisas, sin márgenes para la interpretación pues ésta deposita en el juez un enorme y peligroso poder que tanto puede inducirlo al error de una mala interpretación o, en el actual contexto de la Argentina, también a obedecer órdenes del Poder Ejecutivo y emplear la laxitud de esta ley para castigar a quienes no comulgan con el Gobierno o se oponen a algunas de sus medidas dentro del juego de las reglas democráticas.Son estas características del proyecto que amenaza convertirse en ley las que mueven a suspicacia, y por varios motivos. Para empezar, si bien el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que combate el lavado de dinero, había pedido una norma antiterrorista, este proyecto va mucho más lejos, y el Gobierno, que antes ignoró y luego demoró las exigencias...

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