Lentamente, la ciudad busca recobrar su ritmo habitual

BOSTON.- Tres jóvenes jugaban a la pelota ayer al mediodía en el parque Boston Common, donde decenas de personas almorzaban en el pasto, bajo el sol, y otras varias iban y venían, como si fuera un día más. Allí, la noche anterior, cientos de velas se encendieron para una vigilia por el atentado a la maratón.Con ese contraste, Boston intentaba recuperar ayer su rutina. Había dolor y bronca, pero también tranquilidad. Y, por sobre todo, las personas con las que habló LA NACION mostraron una confianza ciega en que la investigación "metódica y cuidadosa" que prometió el FBI les brindará las respuestas que buscan, y el culpable del atentado."Si agarramos a Osama ben Laden, vamos a agarrar a esta persona", graficó George Zinn.Como muchos otros, Zinn, de 65 años, se detuvo ayer unos minutos en el memorial que despuntó al pie de las vallas policiales sobre la calle Boylston, que habían sido movidas la noche anterior una cuadra hacia el lugar de las explosiones, desde la esquina con la calle Arlington hasta la esquina con la calle Clarendon.Allí se veían flores, velas y mensajes de aliento. Una cartulina pegada a una de las vallas rezaba: "Sigue corriendo, Boston".La Corte Federal de Boston y el Hospital Brigham and Women's fueron evacuados por falsas amenazas de bomba. En la Corte, cientos de periodistas se habían agolpado a la espera de un sospechoso que nunca llegó: la policía de Boston y el FBI negaron haber arrestado a alguien, como informaron distintos medios norteamericanos. Con todo, los indicios que despuntaron le dieron fuerza aquí a la idea de que el ataque fue obra de un "lobo solitario"."Estoy muy confiada de que van a descifrar quién lo hizo. Respeto mucho la forma en la cual se manejó la situación. Nos sentimos seguras", confió Sally Bechtel, que viajó desde California a Boston para la maratón, y ayer salió a correr junto a su nuera, Amy Ball, que participó en la maratón y llegó a terminarla, y su consuegra, Kathleen Ball. Todas se...