De los lectores: cartas & e-mails

Carta de la semanaArgentinos de bien¡Qué pena! Me acabo de enterar de que no soy "una argentina de bien". Siempre pensé que lo era. Pero a los ojos del Presidente aquellos que participamos del banderazo del 17-A, definitivamente no lo somos. Según sus palabras, "los argentinos de bien" protagonizarán un banderazo patriótico solo cuando termine la pandemia. Antes no. Cualquier atisbo de disconformidad o protesta que hagamos en la vía pública, aun cuando salgamos con barbijo y conservemos el distanciamiento social, será visto como un acto subversivo e indeseable. A veces me pregunto si de verdad es el Presidente de todos y todas, o tan solo de quienes nunca lo contradicen. Si lo fuera, propiciaría zanjar la grieta en lugar de profundizarla. Así de simple.Irene BianchiDNI 6.688.332Nivelar para abajoEncontré una síntesis perfecta del peronismo, que me parece representativa como común denominador para todas sus vertientes: el presidente Alberto Fernández declaró que lo "llena de culpa ver a una Buenos Aires tan opulenta", refiriéndose a la CABA. Yo creo que debería llenarlo de culpa el ver un conurbano tan pobre, de cuyos gobiernos ha sido abrumadoramente responsable el peronismo desde tiempo inmemorial. La ciudad, en cambio, debe su "opulencia" a sus buenos gobiernos.Siempre nivelan para abajo. No creo que algún día puedan evolucionar del resentimiento a la aspiración de nivelar para arriba.Carlos A. GaribaldiDNI 11.837.238No al "pobrismo"En marzo de 1933, cuando la depresión iniciada en 1929 azotaba a los EE.UU., el presidente Roosevelt convocó a Harry Hopkins como administrador del fondo para desempleo. Convencido de que la paga era importante y psicológicamente más valiosa que los subsidios, Hopkins decidió expandir un programa que se había iniciado exitosamente en el estado de Nueva York. Lo llamó Programa Federal de Emergencia y lo coordinó con la Administración de Trabajos Civiles. En esencia consistía en emplear desempleados con una paga de un dólar diario. En el transcurso de dos años, 1933-1935, fueron contratados unos ocho millones de personas, que realizaron todo tipo de tareas. Se pintaron 40.000 escuelas y 2500 hospitales, se repararon 400.000 kilómetros de caminos, se plantaron millones de árboles en los parques nacionales, se embellecieron miles de plazas y parques y se acondicionaron 100 estadios de actividades deportivas.Ni Roosevelt ni Hopkins creían en el "pobrismo".Mario R. BenvenutoDNI 6.009.552Vigilar las fronterasComo...

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