De los lectores: cartas & mails

CoronavirusSegún lo afirmado el sábado pasado por el Presidente, a él le llama la atención "la idea que transmiten muchos medios sobre la angustia de la cuarentena". Y reduce la fuente de esta aflicción que vive mucha gente solo al hecho de enfermarse, al preguntarse, entre irónica y ofensivamente:"¿Es angustiante salvarse? Angustiante es enfermarse".Quisiera sugerirle que se ponga en el lugar del peluquero que hace dos meses que no puede abrir su negocio; del emprendedor que tomó un crédito y puso todos sus ahorros para abrir un restaurante que solo pudo trabajar una semana; del adicto que después de una larguísima lucha interna empezó el camino de salida de su enfermedad ayudado por la adopción de hábitos de vida sanos, que tuvo que interrumpir por la imposición de la cuarentena. Cualquiera de ellos puede estar contento de estar sano, pero es insultante exigirles que no estén angustiados. En fin, los ejemplos pueden ser muchos, y es alarmante que quien ejerce la primera magistratura no los contemple.Pedro Pablo Benavidesmailto:pe_pe_be@hotmail.comSin clasesAnteayer se informó que el sábado pasado no se habían registrado casos nuevos de coronavirus en diecinueve provincias. Llama la atención y preocupa que no se haya planteado entonces la posibilidad de reanudar las clases en esos distritos, aunque sea para uno de los niveles educativos. Abundan ejemplos de países en los que los alumnos han vuelto a clases, en forma parcial o escalonada, sin caer en el absolutismo de todos o ninguno. La reapertura de bares y gimnasios será menos compleja que la de las escuelas, pero esta última es indudablemente mucho más importante y necesaria. Se podría efectuar, modificando las rutinas escolares según recomendaciones de la OMS (lavado de manos, uso de tapabocas, sectorización del patio, afectación de vehículos ociosos para transporte escolar). Se sabe que muy pocos niños se enferman gravemente de este virus. Son devastadoras, por el contrario, las consecuencias de permanecer confinados en el hogar sin educación formal, sin sociabilizar con pares, y donde los problemas, incluida la violencia doméstica, van en aumento. Se calcula que los niños, en forma remota, aprenden un 50% de lo que harían normalmente, aun con el esfuerzo y dedicación de miles de docentes que han tenido que adaptarse a esta nueva modalidad y que merecen nuestro profundo agradecimiento. No ir a la escuela, para aquellos niños más pobres (hay provincias en las que la proporción de...

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