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Lucha contra el delitoLas estadísticas registradas por las distintas fuerzas de seguridad dan cuenta de un avance sobre el delito en sus diversas formas. He visto con satisfacción la dura lucha librada contra la delincuencia entre 2015 y 2019 como producto de una labor de inteligencia y de encomiable vocación de servicio de esas fuerzas. En ese período se hizo un 151% más de procedimientos antidrogas y se logró un récord de incautaciones de alcaloides, se multiplicaron por 25 los allanamientos en desarmaderos de vehículos robados, se redujeron de 294 a solo 32 los secuestros de personas, se bajó en un 25% la tasa de homicidios por intentos de robo, en un 57% los muertos por fuerzas federales y en un 85% las muertes por violencia en espectáculos públicos (fuente decreto 815/19 sobre rendición de cuentas).Veo ahora con gran decepción que el gobierno nacional, a través del Ministerio de Seguridad, ha derogado el protocolo para el uso de las armas de fuego, dio marcha atrás con el reglamento para el uso de pistolas Taser y revocó dos emprendimientos como el Servicio Cívico Voluntario y el Programa Ofensores en Trenes, lo cual será celebrado por la delincuencia, pero lamentado por la ciudadanía, que no comprende cómo se destruye un esquema de organización y normas de acción de las fuerzas de seguridad que demostraron ser efectivas. Con su derogación se pone en riesgo la seguridad pública y la vida de los agentes del orden. Creo que dichas medidas, tomadas en forma apresurada, debieron ser objeto de un estudio y una reflexión más profundos. E inclusive dar lugar a la intervención del Poder Legislativo, como auténtico representante de la voluntad del pueblo.Víctor La PietraDNI 4.042.706Basta de privilegiosUna de las condiciones esenciales de la democracia es la alternancia de los partidos en el gobierno. En la Argentina se ha dado esporádicamente y los cambios de gobierno de partidos diferentes conllevan siempre empezar de nuevo. El que llega arrasa con lo hecho por el anterior, despide funcionarios, reemplaza embajadores, paraliza obras, cambia nombres de calles y de instituciones, las políticas básicas son borradas y sustituidas por otras de sentido contrario y empiezan a invadir a los otros poderes del Estado para manejarlos a su antojo. Pero lo que jamás cambian son los privilegios de la clase política. Por el contrario, los consolidan y aumentan, y mientras el ciudadano de a pie se esfuerza y es aplastado por la carga fiscal, que alcanza...

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