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Condenados al atrasoSi al gobierno de Macri le ha sido difícil ejecutar políticas económicas sanas, más lo es cuando aparecen con posibilidades de victoria los candidatos que se llaman "peronistas". México (gobernado por un populista de izquierda), Brasil (gobernado por un populista de derecha), Turquía (gobernado por otro populista y con una economía tan frágil como la argentina) e Italia (gobernada por una coalición contranatura y un ratio deuda/PBI récord) renuevan los vencimientos de su deuda pública a tasas de interés que son una fracción de la obscena tasa de riesgo país que debe pagar la Argentina. ¿Por qué la diferencia? Porque en nuestro país cada tanto ganan las elecciones unos candidatos de un partido llamado "peronista" que prometen igual que los demagogos de México, Brasil, Turquía o Italia. Ahora, mientras que en esos países terminada la campaña y las elecciones los ganadores parecen ser capaces de distinguir entre sus promesas y lo que corresponde hacer o lo que se puede hacer, los peronistas creen que pueden cumplir con todas las desmesuras que han prometido.Mientras sigamos atados a un gasto público desbordado, a una inflación y un endeudamiento que resultan de financiar ese gasto, a una legislación laboral abusiva y contraria a la productividad y a un proteccionismo exagerado que mata nuestra capacidad de exportar, todo en nombre de una justicia social cuyo paradójico resultado es una pobreza creciente, seguiremos condenados a la agonía del atraso.Martín LagosDNI 4.516.711Monseñor AngelelliCon vergüenza, católicos del mundo entero y, especialmente, de estas latitudes tendremos que ver cómo la Santa Sede -que debe presidir en la fe y la caridad a la Iglesia- proclama beato a monseñor Angelelli, en un acto de suyo falible. Causa enorme tristeza que se proponga como modelo a tan controvertido -por decir lo menos- personaje. Pues aunque es posible que el difunto obispo esté en el cielo -misericordioso es Dios-, ciertamente no constituye un ejemplo de seguimiento de Cristo, el buen pastor. Así como es claro que la muerte del entonces prelado no fue más que un accidente, también lo es que el personaje no fue precisamente modelo de virtud. No obstante ello, se insiste en su beatificación, bajo la premisa de su martirio.En el orden prudencial, llama además poderosamente la atención que en tiempos de disgregación de nuestra Patria en ruinas, desde Roma se impulsen actos que ahonden grietas entre nosotros. A esta altura solo queda...

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