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La economíaEl filósofo Confucio, con gran lógica y poder de síntesis, afirmó: "Cuando un problema tiene solución, no es problema. Cuando un problema no tiene solución, no es problema". Esto me hizo reflexionar sobre nuestro país y sus problemas económicos recurrentes y endémicos. Si un estudio profundo de la situación, por parte de verdaderos economistas especialistas, llegara a la conclusión de que la economía argentina no tiene solución, me tranquilizaría. No escucharía ni leería más los comentarios de distintos informadores, porque entendería que el tema no tiene solución. Me resignaría y pensaría cómo sobrevivir. Como quiero pensar que hay alguna salida, la pregunta es: ¿cuál es? Si los expertos la conocen, ¿por qué no se implementan las medidas correspondientes? ¿Por ignorancia, por temor, por motivaciones políticas, por escasez de responsables para implementarlas? Seguramente habrá que tomar decisiones dolorosas, habrá que pasar momentos difíciles durante un tiempo, pero, como bien lo indica nuestro presidente, para esto no existen atajos ni gradualismo. Las medidas deberían ser encaradas en forma seria y concreta. El goteo es una forma lenta de desangrarse. En este caso, como nos enseñarían que la economía tiene solución, me quedaría más seguro y tranquilo: dejaría de ser un problema. Se reducirían sensiblemente los análisis de los múltiples "expertos", muchas veces contradictorios y basados en la futurología. Los problemas de fondo se solucionan yendo al fondo de los problemas.Eduardo FirvidaDNI 4.305.435Milagro en ParísEsta semana el mundo entero se detuvo para observar lo que pasaba en la catedral de Notre Dame, en París. Qué tristeza, dolor e impotencia ver el avance de las llamas devorando todo a su paso. Y la incertidumbre: si todo queda destruido, si hay víctimas, si fue un atentado, si se salvan las reliquias, si lograrán reconstruirla, si se pudo haber evitado. Con el paso de las horas, el sabor amargo pasó a tener un sabor dulce. Las imágenes de los bomberos en acción, del padre Fournier rescatando la corona de espinas de Jesucristo, de miles de parisinos y turistas rezando y cantando a la Virgen María en las calles, del altar y la cruz en pie, como si nada hubiese ocurrido, del presidente de Francia y del arzobispo unidos. Todo eso me recordó que los milagros sí existen.Dicen que Dios escribe derecho en renglones torcidos. Seguramente nos haya hablado por encima de esas llamas. La estructura estará dañada, la Virgen María...

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