De los lectores: cartas & mails

Pymes en aprietosSeñor Presidente, lamento decir que venimos soportando presiones de toda índole y, ahora, tasas al día de hoy del 80,5% en los bancos. Dado que tengo una pequeña empresa, no entiendo por qué sigue haciendo oídos sordos y no ve la realidad de las pymes, que supuestamente son el motor del país. ¡Socorro, señor Presidente! En nombre de muchas otras compañías que pasan por lo mismo, necesitamos amortiguar la situación. Es imposible seguir así. Le agradecería que establezca líneas urgentes a tasas acordes para una pequeña empresa, así podemos continuar el camino hacia un país con trabajo.Darío Caputomailto:dariocaputo@oficinacaputo.comAlquileresRebaja de los alquileres, prórroga de los contratos y suspensión de los desalojos fueron medidas adoptadas por el gobierno peronista en la década del 40, que agravaron el déficit habitacional y paralizaron la inversión inmobiliaria destinada a la renta. Como el gobierno de Cambiemos no pudo eliminar la inflación, ni poner en marcha la economía ni hacer crecer el salario real, está pensando en repetir aquel viejo y grueso error.Emilio A. CappuccioDNI 4.268.973Intromisión violentaLa ciudad de Buenos Aires está inundada de carteles pagados por los contribuyentes con palabras que incluyen la letra "x" en el lugar que debería ocupar la "a" o la "o" refiriéndose a la salud sexual y al supuesto derecho a la información y educación de los adolescentes, que está disponible de parte del gobierno de la ciudad desde los trece años, sin necesidad de ir acompañado -obviamente se refiere a sus padres-, poniendo de relieve que esos chicos deben "gozar de sus derechos". No cabe duda de que esa publicidad estatal responde a una ideología que no termina con los carteles. Ese es solo el comienzo de un plan estratégicamente preparado derivado de la filosofía llamada "identidad de género", cuyo fin último es promover la disolución de la familia como núcleo de la sociedad, la sustitución de la autoridad paterna y materna en la educación de los hijos, ambas complementadas y ampliadas con la difusión obligatoria en las escuelas de prácticas sexuales, incluyendo aquellas que van contra la naturaleza. Todo esto a niños menores. Eso no es otra cosa más que la violenta intromisión del Estado en la intimidad y privacidad familiar, moralmente indelegable a favor de nadie, menos aún de burócratas que se presentan públicamente como defensores de nuestros hijos y nietos, con un cinismo inaceptable.Manuel J. Campos...

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