De los lectores: cartas & mails

Marcha docente

La marcha federal docente, que implicó la suspensión de clases para muchos alumnos de las escuelas de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sirvió para manifestarse sobre políticas públicas que poco tenían que ver con la actividad docente. Hace unos días se realizó en día no laborable la marcha por la vida, en la que participaron padres, alumnos, directivos y docentes de entidades educativas, sin necesidad de suspender las clases. Afortunadamente, solo una parte de la comunidad docente desvirtúa con sus actos fuera de la escuela lo que sí ejecuta dentro de ella: si el alumno deja de concurrir a clase tiene ausente, y si deja de realizar su tarea es calificado con una baja nota. La incongruencia confunde a la juventud y poco aporta a su formación.

Carlos Alberto Castriota

DNI 10.627.447

Poder Judicial

Disiento de la opinión de Gervasio Caviglione Fraga, quien hace suyas las palabras de su padre en 1991: "La Justicia argentina cuenta con reservas morales y puede exhibir a la consideración pública ejemplos de conducta, de capacidad y de espíritu de servicio". Todo esto sería acorde con la importancia de su misión. Digo sería porque no se refleja en estos tiempos la capacidad ni la vocación de servicio necesarias para uno de los tres poderes que conforman la república. Precisamente el hecho de ser una república libre, soberana y federal implica que debe existir independencia entre los poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). Y cada uno de ellos debe cumplir con su misión. La Justicia argentina es muy lenta. Debería ser más expeditiva, tanto en los casos de demandas particulares entre personas humanas o jurídicas como en las causas relacionadas con el gobierno anterior. Esto permitiría al Poder Judicial ofrecer a los ciudadanos la necesaria transparencia y se reflejaría una imagen positiva en el exterior, que aumentaría la credibilidad de empresas extranjeras deseosas de invertir en nuestro país.

Noemí Gómez

mailto:nomeigomez@fibertel.com.ar

Mascherano

"Soy un soldado", "es mi última batalla", "estoy dispuesto a morir", fueron algunas expresiones de Javier Mascherano acerca de lo que significa disputar su último Mundial de fútbol. Cabe especular sobre si esta bravata lingüística no es una estrategia de Mascherano para compensar su deficitaria actuación en el año y medio que precede a Rusia 2018. Sospecha al margen, ¿hasta cuándo el ambiente futbolero estará siempre listo para exagerar la nota...

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