De los lectores: cartas & mails

Franklin, Max Weber y la Argentina

A propósito de nuestra vuelta al FMI para pedir ayuda, deberíamos recordar una frase de Benjamin Franklin, citada a su vez por el sociólogo y economista Max Weber en uno de sus libros: La ética protestante y el espíritu del capitalismo. El pensamiento está expresado simbólicamente en singular, pero debemos interpretarlo en la dimensión plena de las sociedades y tenerlo muy en cuenta los argentinos: "Las más insignificantes acciones que pueden influir sobre el crédito de un hombre deben ser tenidas en cuenta por él. El golpear de un martillo sobre el yunque oído por tu acreedor a las cinco de la mañana o a las ocho de la tarde le deja contento por seis meses; pero si te ve en la mesa de billar u oye tu voz en la taberna a la hora que debías estar trabajando, a la mañana te recordará tu deuda y exigirá su dinero antes de que tú puedas disponer de él. Además, debes mostrar siempre que te acuerdas de tus deudas".

Víctor Parigi

DNI 7.597.106

El grito sagrado

En el mundo hay pocas estatuas o monumentos que proclaman la libertad. La nuestra fue construida en 1811, en conmemoración de la Revolución de Mayo. En 1856 se conforma una comisión para remozar la "pirámide", en la que participa Domingo F. Sarmiento. Había que dedicar una estatua a una idea, y a una idea fuerza, que con su sola presencia sea inspiradora. Una síntesis y a la vez un grito sagrado: ¡eso sí que es un desafío! De tal manera, bajo las órdenes de Prilidiano Pueyrredón, se construye sobre la base de la primitiva "pirámide", elevando el monumento a 18,70 metros. Se encomienda para el remate la escultura de la estatua de la libertad al francés Joseph Dubourdieu. Se inspira en la diosa de la mitología griega Palas Atenea, por eso es una mujer la que sostiene, en su mano derecha, una lanza. En la otra, un escudo (en este caso el nacional argentino), que posa sobre el pie izquierdo. En la cabeza tiene un gorro frigio, emblema de la libertad de la Revolución Francesa, de 1789. Y ahí está la estatua de la libertad mirando de frente la Casa de Gobierno, hoy más reluciente que nunca.

Es bueno tener una vara alta, con este magnífico monumento ubicado en la principal plaza del país, en el centro del poder, donde confluyen todas las miradas, todos los días. Actualmente la plaza está en refacción, pero cuando podamos volver a recorrer ese sitio lleno de historia, quizá volvamos a escuchar "el grito sagrado, libertad, libertad, libertad".

Mario Yornet

DNI...

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