Lecciones mundiales

César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo juntos en una misma imagen; en la foto también se encuentra Hugo Pena

El 15 de junio de 1958 la selección argentina sufrió la peor derrota de su historia . Se jugaba el Mundial de Suecia, disputábamos la etapa inicial, y Checoslovaquia nos infligió un sonoro 6 a 1. Lejos de ser un equipo de mediocres, entre los derrotados estaban grandes estrellas: Carrizo, Dellacha, Corbatta, Rossi y Labruna formaban parte de aquel once humillado por los checos. La paliza nos dejó afuera en primera fase, de manera que los jugadores fueron acusados de vendepatrias y recibidos con monedazos e insultos. Pero no era culpa de ellos.

Retomados los mundiales después de la guerra, la AFA había decidido no participar de Brasil 1950 ni de Suiza 1954. Según algunos, por conflictos con sus similares latinoamericanas. Por decisión de Perón, según los gorilas. Sumados a otro boicot (1938) y a la guerra, la selección llegó a Suecia 1958 con 24 años de exclusión de la principal competencia internacional. A lo que se sumó otra decisión nacionalista: la exclusión de tres de nuestros mejores jugadores -Sívori, Angelillo y Maschio- que en 1957 habían ganado el Sudamericano y luego habían emigrado a Italia. Teníamos suficiente en casa como para ofrecerles la sagrada albiceleste a esos traidores…

La versión que atribuye a Perón las renuncias de 1950 y 1954 es dudosa . Sin embargo, corresponde al nacionalista clima de época. Después de ganar tres campeonatos sudamericanos consecutivos nos considerábamos los mejores del mundo y nos parecía innecesario competir. Y pese al 6 a 1 de los checos, así seguimos luego, alternando actuaciones insípidas y papelones mundiales hasta 1978, cuando la Argentina obtuvo por primera vez un título mundial. ¿Reivindicación de la dictadura? Ninguna. La designación de Menotti data de 1974 y corresponde al gobierno de Isabel. En esto, como en otras cosas, la dictadura solo profundizó políticas que había empezado el peronismo…

¿Qué hizo Menotti para revertir los fracasos anteriores? La leyenda nacionalista-populista sostiene que por fin nuestro equipo jugó "la nuestra", ese fútbol de pura habilidad versión local del jogo bonito brasileño. Pero no es verdad. Quien busque los videos de aquella selección verá un equipo con vocación ofensiva, pero sin tendencia alguna al lucimiento técnico. Demostración contundente, la Argentina disponía entonces de tres de los más exquisitos "diez" de su historia: Alonso...

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