Lara Arreguiz, la foto que capturó la impotencia

Lara Arreguiz tenía 22 años y vivía en Esperanza, Santa Fe

Lara Arreguiz tenía 22 años y vivía en Esperanza, a treinta kilómetros de la capital santafesina. S tefania Desiree Purita Díaz tiene 18 , vive en Avellaneda y formaba parte del círculo áulico del ex intendente y actual ministro de Hábitat, el ultrakirchnerista Jorge Ferraresi . Paciente de riesgo, Lara esperó por una cama de terapia intensiva acostada en el piso embaldosado de un hospital santafesino, hasta que falleció por Covid el viernes 21 de mayo. Su foto, recostada en las baldosas frías y sucias del hospital Iturraspe, se convirtió en un símbolo de la ineptitud de un gobierno que fue incapaz de conseguir vacunas a tiempo.

Purita, contacto estrecho de la élite política -no todos los contactos estrechos son malos, por lo visto-, fue uno de los primeros casos conocidos de jóvenes vacunados vip. Era becaria en el municipio de Avellaneda y fue despedida por la propia mujer de Ferraresi , apenas estalló el escándalo. Su imagen en las redes, con el carnet de flamante inoculada, a pesar de no tener factores de riesgo comprobados, ni de ser personal de Salud, se convirtió en un símbolo de la obscenidad política.

Lara también fue despedida, aunque de otra manera: sus pulmones colapsaron entre las idas y vueltas de un sistema sanitario deficitario . Unos días antes de morir, una mujer que observaba la escena en el hospital Iturraspe y que debió haberse sentido interpelada por aquella desolación, la cubrió con su propia campera: de jean celeste, desgastada con manchas blancas, simulaba la bandera una república impotente: un país de rodillas ante un virus al que hace un año le íbamos ganando.

Lara y Purita vivían en distintas geografías, pero compartían la misma franja etaria. Nunca se conocieron, aunque sus historias e imágenes se cruzaron en el imaginario colectivo como íconos opuestos de una grieta indigna: de un lado, millones de ciudadanos huérfanos y desprotegidos; del otro, una élite política privilegiada obsesionada por su propia reproducción y supervivencia. Una élite patrimonialista que tanto se acostumbró a pensar el Estado como una corporación propia, que llegó a naturalizar la apropiación de las primeras vacunas, en un mundo donde escasean. Una mezcla de perversión e ideolología.

Según informó el portal El Disenso, que difundió la foto, se trata de Stefanía Desirée Purita Díaz y sería militante de la Agrupación Eva Perón, conducida por Ferraresi.

Si mira hacia los costados y...

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