El kirchnerismo ya se prepara para tomar el control total del Senado

Mientras esperan que la elección de octubre confirme el resultado de las primarias, en el kirchnerismo empiezan a realizar los primeros preparativos para desembarcar en el Senado, cámara que Cristina Kirchner presidirá en caso de convertirse en vicepresidenta.Esta consecuencia del armado institucional del país es la que les da pasto a algunos sectores del kirchnerismo para considerar que, en el futuro reparto del poder peronista que se avecina, la Cámara alta será coto de caza de dominio exclusivo de la expresidenta.En ese sentido, en varios despachos ya se menciona el nombre de Oscar Parrilli, ladero incondicional de Cristina Kirchner y casi seguro senador por Neuquén a partir de diciembre, como posible presidente provisional del Senado y, por lo tanto, segundo en la línea sucesoria presidencial.Esas especulaciones también ubican a hombres del riñón kirchnerista en estratégicos lugares de control y conducción de la Cámara alta, como las secretarías Parlamentaria y Administrativa.La elección de Parrilli suena lógica si se toma en cuenta la confianza que en él viene depositando Cristina Kirchner desde su segundo mandato en la Casa Rosada. De hecho, el exsecretario general de la Presidencia y titular de la Agencia Federal de Inteligencia creada en el último año del segundo mandato de Cristina Kirchner es hoy presidente del Instituto Patria, sede de la mesa de arena política del kirchnerismo y centro de operaciones de La Cámpora.Sin embargo, hay peronistas que alertan sobre el fuerte simbolismo político que podría tener esa elección. "El presidente provisional está en la línea sucesoria presidencial y siempre ha sido elegido por el presidente", destacó ante LA NACION un veterano legislador del PJ acostumbrado a leer entre líneas los gestos del poder.En la misma nebulosa política que el peronismo deberá despejar antes del 10 de diciembre se inscribe también el futuro del bloque oficialista con el que contaría en el Senado Alberto Fernández en caso de confirmar en octubre el triunfo que obtuvo en las primarias del 11 de agosto.La lógica indica que el peronismo debería cerrar la grieta que abrió Pichetto cuando, a fuerza de desafíos verbales a la expresidenta y a horcajadas de la política de "oposición responsable", separó del Bloque Justicialista a los kirchneristas, que encontraron rápido refugio en la creación de una bancada con la denominación de Frente para la Victoria.La coexistencia de los bloquesSin embargo, todavía hay legisladores...

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