Kirchnerismo línea fundadora

En lo peor de la tarde del miércoles, mientras reclamaban frente a la residencia de Olivos, algunos empresarios recibieron llamadas de operadores de la Casa Rosada. Les proponían condenar públicamente la protesta, tal como estaban haciendo referentes de la oposición. Pedidos de respaldo explícito: una costumbre de gobiernos kirchneristas en momentos críticos. Pasó, por ejemplo, con la 125. Dicen que Alberto Fernández se preguntaba en esas horas cómo podía ser que cámaras y asociaciones que siempre reclaman por la república y las instituciones no dijeran absolutamente nada. Pero el hombre de negocios argentino es incrédulo. ¿Lo pedía realmente el Presidente? "A veces no hay una directiva central: a alguno se le ocurre y sale a hacer méritos frente a quien no se lo pide", dudó ante este diario un accionista al tanto de la iniciativa. El resultado de la gestión fue nulo: no hubo ni palabras ni tuits ni comunicados.Hay vínculos que Alberto Fernández deberá recomponer. Últimamente, por lo pronto, sus convocatorias a empresarios no auguran finales felices. Aquella del 4 de junio a Olivos, por ejemplo, cinco días antes de que se anunciara el proyecto de expropiación de Vicentin. Delante de diez de ellos, el jefe del Estado buscó esa tarde tranquilizarlos sobre comentarios que surgían desde distintos ámbitos del Frente de Todos. "No tengo problemas con ninguna compañía privada", les dijo, cuestionó a dirigentes que escribían en Twitter "cosas que el Gobierno no piensa", e incluyó ahí con nombre y apellido a la diputada bonaerense Fernanda Vallejos, que venía de proponer en un posteo que el Estado tomara acciones de empresas que estuvieran recibiendo asistencia por El mensaje iba en línea con el que había dado dos días antes en la inauguración de un hospital en Pilar, citando al papa Francisco: "Dios no nos perdonaría que tengamos diferencias ante una emergencia como la que tenemos". Al lunes siguiente hizo la conferencia por Vicentin.La otra reunión tampoco resultó auspiciosa. Fue en la celebración del 9 de Julio, con el Grupo de los Seis, 72 horas antes de que Cristina Kirchner objetara los invitados al acto posteando una columna de Alfredo Zaiat. Durante esa mañana de chocolate y churros, llamó "amigo" a Rodríguez Larreta y exhortó a poner de pie al país entre todos. "El odio y la división nos dejaron en el lugar donde nos quedamos. Me duele el odio, nos paraliza", dijo.Aquellos malentendidos empeoraron con la intervención en el sector de las...

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