El kirchnerismo ha entrado en una nueva fase política

Los análisis políticos de Maradona causan tanta gracia como quedarse sin nafta a medianoche en el Camino del Buen Ayre. Debe reconocerse, sin embargo, que tuvo esta semana un acierto, cuando comentó el espectacular hallazgo del nieto perdido de Estela de Carlotto. "No sólo el fútbol puede unirnos", garabateó. No es que vaya a ganar el premio Nobel por esta ocurrencia, pero admitamos que supo captar con rapidez ese extraño microclima de 48 horas durante el que los unos y los otros de este país dividido y fragmentado depusieron sus puñales para entregarse a una coincidencia: celebrar el desenlace de un caso humano con relevancia democrática y emoción universal. En ese instante único de la historia contemporánea, y quién sabe por cuánto tiempo más, Estela dejó de ser una militante del Frente para la Victoria y volvió a ser la incuestionable referente moral y ecuménica que alguna vez había sido.De regreso a la dulzura y al sentido amplio, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo trae de pronto un raro alivio, aunque no logre borrar su acompañamiento a políticas autoritarias y escandalosas del cristinismo ni, por dar un ejemplo bien actual, la reivindicación pública de Amado Boudou ("yo le creo").Envalentonada por la sorpresa de Guido Carlotto, que la Casa Rosada piensa capitalizar políticamente, Cristina Kirchner ordenó ese mismo miércoles la reaparición del vicepresidente y mandó "aguantar los trapos": no sólo lo vamos a proteger; hoy nos sentimos tan fuertes que hasta vamos a darnos el lujo de lucirlo.Al igual que Estela, los senadores oficialistas procedieron a exculpar a Boudou, que al día de hoy está doblemente procesado por la justicia federal: ahora también lo abrocharon por truchar los documentos de un auto. Qué poco glamour institucional y emancipador, camaradas. Los alegatos oficiales en el recinto eran dignos de El Tony o D'artagnan: a Amado no le perdonan la estatización de las AFJP y otras patriadas por el estilo. Es como si en el juicio a Jack el Destripador sus abogados adujeran que su cliente es víctima injusta de las envidias y las conspiraciones soterradas de cirujanos y carniceros.Se les notaba a los legisladores la incomodidad del cliché, el verticalismo de facción y la obediencia debida. En cambio, los izquierdistas de distinto pelaje que integran la Iglesia Kirchnerista de Realización Personal y que andan organizando actos de desagravio para el playboy de Puerto Madero, lo defienden gustosos y sin que nadie se los pida o sugiera. Una cosa...

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