El kirchnerismo se anima ahora a debatir la pobreza

Las organizaciones sociales reunidas en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), las dos centrales de trabajadores argentinos (CTA) y la CGT marcharán mañana hacia el Congreso para exigir a los diputados la sanción de una ley de emergencia social que anoche tuvo media sanción en el Senado. La movilización es otro indicio de una paradoja llamativa: hubo que esperar a que el kirchnerismo saliera del poder para que se abra un debate sobre los inquietantes niveles de pobreza que existen en el país. Un progreso saludable. Un año atrás el ministro de Economía de Cristina Kirchner, Axel Kicillof, se negaba a consignar el número de pobres porque sería estigmatizante.

La bandera de la manifestación es un proyecto de Juan Manuel Abal Medina, senador del Frente para la Victoria integrado al Movimiento Evita, y de su colega Jaime Linares, representante del GEN, de Margarita Stolbizer. En su artículo 2°, la iniciativa instruye al Ministerio de Desarrollo Social "crear un millón de puestos de trabajo" (sic) en el marco del programa Ingreso Social con Trabajo. Ese programa incluye los planes Argentina Trabaja y Ellas Hacen, por los cuales se asignan tareas, en general vinculadas a la obra pública, a cooperativas de desocupados o subocupados.

Ese programa cubre hoy a más de 200.000 personas. Cada prestación equivale a la mitad de un salario mínimo, es decir, $ 3900, por cinco jornadas semanales de 4 horas, si se toman los valores de enero próximo. Los que promueven el nuevo régimen piensan equiparar el monto con el del salario mínimo. Quiere decir que la propuesta de Abal y Linares quintuplicaría el número de beneficiarios y duplicaría su costo. Puesto en números: los $ 12.000 millones asignados en el presupuesto 2017 para esa asistencia pasarían a ser 133.000 millones. Por lo tanto, la marcha de pasado mañana estaría reclamando a los diputados del oficialismo, es decir, a Macri, que agregue más de un punto del PBI al déficit fiscal. Bastante más de lo que ya agregó con la reparación jubilatoria.

No está claro cómo se crearían las cooperativas para emplear al millón de nuevos trabajadores. La financiación también queda en una nebulosa. Los senadores sugieren, en voz baja, la creación de nuevos impuestos. Uno a las salas de juego, del 20% de su rentabilidad bruta. Otro a los depósitos bancarios, del 1%. Y también contempla gravar con ganancias los dividendos. Nadie se anima todavía a mencionar la minería: con los gobernadores...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR