El karma de los vices peronistas

El mandamás justicialista es un sol abrasador que no admite sombra alguna, ni siquiera de la insignificancia institucional que reserva nuestra Constitución al vicepresidente de la Nación. El excluyente protagonismo del líder (se llame Perón, Menem, Kirchner o Cristina) es tan vertical y personalista que la figura del vicepresidente incomoda siempre por una causa o por otra.Tres vicepresidentes peronistas llegaron a lo máximo del poder por distintas razones, pero sólo uno lo hizo por decisión de las urnas. Tal es el caso del mismísimo Juan Domingo Perón, que siendo miembro destacado e inspirador del golpe militar nacionalista de 1943 se convirtió en su funcionario más influyente al acumular tres cargos dentro de aquel régimen.Así fue, y todo a un mismo tiempo, secretario de Trabajo y Previsión, ministro de Guerra y vicepresidente de la Nación. Como tal, estuvo lejos de ser la sombra del presidente Edelmiro J. Farrel. Al contrario, sus poderosos rayos lumínicos casi chamuscan al mandatario cuartelero si Perón no hubiese salido, en la noche del 17 de octubre de 1945, a los balcones de la Casa Rosada a sosegar a la muchedumbre que había llegado hasta allí para reclamar su libertad. Cuatro meses más tarde, sería ungido presidente constitucional.Su tercera esposa, María Estela Martínez, y a la sazón vicepresidenta de la Nación 28 años más tarde, accedería a la primera magistratura del país tras su fallecimiento.Eduardo Duhalde fue vicepresidente de Carlos Menem sólo dos años (renunció para ser gobernador de la provincia de Buenos Aires). Cuando el riojano vio frustrada su re-reelección, hizo todo lo indecible para sabotear la candidatura de su ex compañero de fórmula, que, al final, perdió en 1999 con Fernando de la Rúa. Por esas paradojas de la historia, la hecatombe de 2001 lo catapultó a la Presidencia y terminó reemplazándolo, pero por decisión del Congreso.Los demás vicepresidentes peronistas -cinco más, que se suman a los tres mencionados (del actual, Amado Boudou, se hablará más adelante)- terminaron sus días en ese cargo de la peor manera: la muerte vino en busca de uno de ellos (Hortensio Quijano), otro sufrió la interrupción de su mandato por el golpe del 55 (Alberto Tessaire) y uno más renunció a los 49 días de haber asumido (Vicente Solano Lima, en solidaridad con el paso al costado dado por el presidente Héctor J. Cámpora, en 1973), en tanto que Carlos Ruckauf (vice durante el segundo mandato de Menem), Daniel Scioli (compañero de fórmula de Néstor...

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