Karina K, en la piel de Judy Garland,En la piel de Judy Garland

Tiene un vestido negro "de ensayo", un collar de perlas chiquitas y una peluca "provisoria", aclara. Está sola en el escenario, pasando letra. Alberto Favero la mira de reojo mientras acomoda las partituras en el piano y sonríe. En ese momento llega Antonio Grimau, se detiene entre las butacas de la platea y se queda observándola en silencio. Ella sólo está pasando letra. Karina K no es de esas mujeres que la gente voltearía a mirar en la calle. No busca la atención desde lo estético ni apuesta a looks extravagantes para acaparar flashes. Denle tablas y luces y su magnetismo será inconmensurable. No en vano le dicen "la inmensa", y sólo ella podría ser capaz de convertirse en otra estrella de dimensiones gigantescas: será Judy Garland.Los derechos para realizar la versión local de Al final del arco í ris, musical escrito por el autor británico Peter Quilter que repasa la vida de la legendaria artista estadounidense, fue un regalo sorpresa que Julio Chávez, Tommy Pashkus y Roberto Moure le hicieron a Ricky Pashkus hace más de un año. La obra se había estrenado en Broadway en 2012 y, después de un arduo trabajo de adaptación, audiciones y ensayos, llegará a los escenarios argentinos este miércoles, en el teatro Apolo, dirigida por Pashkus y bajo la batuta de Favero. Karina K tendrá todo el peso de ese protagónico en sus espaldas, pero no está nerviosa. "Siempre creo que las cosas se decantan en tiempo y forma, y llegamos al estreno cuando todos estamos afiatados y asentados con la obra. Es el momento para que se dé", dice.Para el papel, adelgazó más de siete kilos, convencida de que necesitaba "otra fragilidad en el cuerpo" para encarnar a la Judy de sus tiempos más turbulentos. "Esta pieza teatral retrata sus últimos tiempos de vida, cuando estaba realizando una serie de shows en Londres y no podía controlar su adicción a las pastillas y al alcohol. Se centra en el período de abstinencia de ella, y las dos relaciones que tiene, su novio [personaje interpretado por Federico Amador], y su pianista de toda la vida [Antonio Grimau], un personaje que es evocativo en realidad. No hay datos biográficos de este personaje, Anthony Campbell, que hace Antonio, pero lo toma el autor como uno de los tantos repertoristas", explica. Investigó tan minuciosamente a su personaje que no escatima en detalles a la hora de definirla: "Judy era tan impredecible, tan ingobernable, que no podía tampoco sostener las relaciones laborales. Era una mujer muy difícil, adicta a las...

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