Juntos por el Cambio mantiene la unidad, pero expresa matices

En su debut como principal polo opositor, Juntos por el Cambio se vanagloria de haber superado sus primeras dos pruebas de fuego sin divisiones ni fugas. En el Congreso mantuvo su unidad, al rechazar la megaley de emergencia económica, y en la Legislatura bonaerense resistió hasta forzar cambios en la ley impositiva del gobernador Axel Kicillof. En ambas instancias, Juntos por el Cambio operó sin un liderazgo monolítico que impartiera la estrategia; al contrario, este espacio, otrora conducido por Mauricio Macri, es hoy un mosaico de caciques de distinta graduación opositora con el desafío de convivir pese a sus diferencias.Con el expresidente ausente de la escena pública (al menos por ahora), no hay un primus inter pares que impere en Juntos por el Cambio; el vacío es ocupado ahora por una decena de caciques que representan a los tres socios del espacio, la UCR, Pro y la Coalición Cívica. Empero, no todos piensan ni actúan políticamente igual.En uno de los extremos de la escala se ubican Gerardo Morales y Gustavo Valdés, los gobernadores radicales de Jujuy y Corrientes: preocupados por la gobernabilidad en sus territorios, ambos se inclinan por una oposición moderada frente al gobierno de Alberto Fernández. En la misma línea se posiciona Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de Pro, a quien el Gobierno ya le insinuó que le quitará fondos de coparticipación."Está bien ser oposición, pero nosotros no podemos guiarnos por posiciones electoralistas como sí pueden hacerlo aquellos dirigentes que no tienen responsabilidad de gobierno", argumentan cerca de Morales.En el otro extremo, Patricia Bullrich, futura presidenta de Pro, y Alfredo Cornejo, jefe de la UCR, encarnan la oposición más dura. Miguel Pichetto, excandidato a vicepresidente, no les va en zaga."Es cierto que los gobernadores están en una situación más frágil porque dependen de los recursos nacionales. Pero se equivocaría Morales si cree que el peronismo lo va a tratar mejor si se muestra demasiado moderado", sostienen en el macrismo.Esas diferencias, aunque disimuladas en la unidad formal del espacio, ya fueron motivo de tensiones internas. Se evidenciaron en el Senado con la discusión de la emergencia pública: mientras Morales y Valdés presionaban para que el bloque de Juntos por el Cambio diera los dos tercios para el quorum y facilite la sanción de la ley en tiempo récord -como pretendía el presidente Fernández-, un puñado de senadores encabezados por el radical Martín...

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