Jugar a ser Dios

Minuto a minuto, las transformaciones a las que asistimos los seres humanos nos obligan a revisar la mirada y la concepción tradicional que tenemos de muchas cosas. Inconcebibles hasta no hace mucho, los nuevos paradigmas desafían nuestra inteligencia, nuestra emoción y nuestros comportamientos.

Muchos son los campos en los que, al decir de Heráclito, lo único permanente es el cambio. En el ámbito científico, por ejemplo, disciplinas como la genética han traspasado límites impensables con técnicas de reproducción asistida, tratamientos con células madre o subrogación de vientres. Son apenas algunos de los modernos desarrollos que obligan a establecer nuevos marcos normativos que contemplen los nuevos vínculos, las nuevas situaciones y el manejo de nueva información.

¿Cuál es el límite? ¿Se puede experimentar y manipular descontroladamente embriones? ¿Podemos elegir el sexo o el color de ojos de nuestros hijos? Cientos de miles de preguntas nuevas surgen desde las posibilidades que se abren a los avances científicos; dilemas éticos y efectos a veces no deseados que imponen abordajes jurídicos, médicos y sociales diferentes frente a los cuales, muchas veces, no tenemos respuestas. En el centro, la vida humana, eje de una sesión conjunta entre las prestigiosas Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires, la de Derecho y Ciencias Sociales, la de Ciencias Morales y Políticas y la de Periodismo, que tuvo lugar días pasados, para debatir y tomar conciencia sobre tan controvertidas cuestiones, como dieron cuenta nuestras páginas.

La expectativa de vida ha crecido mucho; los nuevos descubrimientos potencian la prevención y el mejor tratamiento de las enfermedades. ¿Cómo se conjugan la controvertida eutanasia en moribundos con los largos procesos dirigidos a curar enfermos? Si hasta la vida y la muerte pueden parecernos, por un instante, arbitrio exclusivo de los médicos.

Bioingeniería, biotecnología, biología sintética, por sólo enumerar algunas disciplinas, ofrecen todo tipo de nuevas alternativas y nos permiten atisbar también el futuro. Una prótesis confeccionada a partir de una impresora 3D, distintos órganos del cuerpo fabricados artificialmente, huesos o piel creados a partir de fórmulas químicas hablan también de un avance científico sin precedentes que requiere nuevos encuadres.

Al mismo tiempo, nuestro mundo se encuentra gravemente amenazado. ¿Por qué nos cuesta tanto aplicar todo lo aprendido para resolver los problemas del planeta? Nos...

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