Antes de los Juegos, la carrera para destituir a Dilma supera otra valla
RÍO DE JANEIRO.- Ironías de la historia. La víspera de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que debía ser la , la suspendida presidenta de quedó ayer a sólo dos pasos de ser definitivamente destituida luego de que la comisión de juicio político del Senado aprobó el proceso de
la comisión especial aceptó las conclusiones del informe, que la acusó de "atentar contra la Constitución". Específicamente se considera que violó la ley de responsabilidad fiscal al manipular las cuentas públicas para esconder el déficit, a través de maniobras de crédito no autorizadas con los bancos públicos, y de emitir decretos que le permitieron aumentar los gastos sin la venia del Congreso.
"La votación del comité confirma no sólo que , sino que además fue una administradora deshonesta", afirmó el senador Ricardo Ferraço, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
Ahora el proceso continuará en el plenario del Senado, donde Rousseff, suspendida en sus funciones el 12 de mayo, enfrenta dos votaciones clave. La primera debería ocurrir entre el martes y el miércoles próximos, cuando el colegiado vote por aceptar las denuncias contra la jefa del Estado, del Partido de los Trabajadores (PT). Para que la moción sea aprobada se requiere de una simple mayoría de los 81 senadores. Luego, ya a fines de mes, en una votación que se prevé que comience entre el 25 y el 29, el plenario tendrá que decidir si la halla culpable o no, para lo cual se necesita de una mayoría de dos tercios, es decir, 54 sufragios.
En caso de condena, del cargo y quedaría inhabilitada para competir por un cargo electivo por ocho años; hasta ahora, en la historia brasileña esa situación sólo tuvo un precedente, con Fernando Collor de Mello, en 1992, que prefirió renunciar poco antes de que el Senado lo condenara, pero igualmente no se libró de la inhabilitación (aunque más tarde se presentó como candidato a senador, cargo que aún hoy ocupa). En ese caso, el presidente en ejercicio, Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), asumiría el poder de forma definitiva para cumplir el resto del actual mandato, que termina el 31 de diciembre de 2018.
En cambio, si Dilma resultara absuelta volvería de inmediato a ejercer el poder en el Palacio del Planalto, y se produciría una incómoda convivencia con Temer, que volvería a ser vicepresidente, luego de que su antigua compañera de fórmula lo tildó de "traidor" y "golpista". Desde que fue suspendida...
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