La judeofobia como afrenta a la humanidad

La judeofobia como afrenta a la humanidad

El nacionalismo, con su cerrazón al mundo y la mayúscula incomprensión que el progreso remite a un tejido de donaciones y recibos en lugar de la manía por las culturas alambradas y la incorporación de las atrocidades del antisemitismo como una bofetada a la civilización.

En nuestro medio, estas manifestaciones de barbarie surgieron a la superficie a partir de la revolución fascista del 30, agudizadas con el golpe militar del 43, con sus reiteradas simpatías nazis. Ahora resulta que el Gobierno avala el terrorismo contra Israel, además de suscribir las tropelías contra los derechos de las personas (y no digo "derechos humanos" puesto que el derecho solo puede ser humano), en los casos cubano, venezolano y nicaragüense. En esta línea argumental los horrendos episodios de la AMIA y Nisman siguen en la penumbra judicial en medio de impunidades alarmantes.

Antes he escrito sobre lo que Gustavo Perednik cataloga bien como judeofobia en un libro sustancioso, pues antisemitismo fue la denominación inventada por Wilhelm Marr en un panfleto de 1879 que a veces confunde la naturaleza del asunto, pero es necesario reiterar la idea en la esperanza de revertir el mal, que no se circunscribe al caso argentino, sino que abarca a Europa y Estados Unidos. Entre otras manifestaciones periodísticas de su momento, hay un magnífico documental de la CNN donde entre muchos testimonios de valía aparece un rabino polaco a quien le preguntan cómo se siente con estos sucesos horrendos. La respuesta me estremeció por la nobleza y el coraje moral del entrevistado: "Siento que tenemos más trabajo que hacer".

Spencer Wells, el biólogo molecular de Stanford y Oxford, ha escrito en The Journal of Man. A Genetic Odessey que "el término raza no tiene ningún significado". En verdad constituye un estereotipo. Tal como explica Wells en su libro más reciente, todos provenimos de África y los rasgos físicos se fueron formando a través de las generaciones según las características geográficas y climáticas en las que las personas han residido. Por eso, como he dicho en otra ocasión, no tiene sentido aludir a los negros norteamericanos como "afroamericanos", puesto que eso no los distingue del resto de los mortales estadounidenses, para el caso, el que escribe estas líneas es afroargentino.

La torpeza de referirse a la "comunidad de sangre" pasa por alto el hecho de que los mismos cuatro grupos sanguíneos que existen en todos los seres...

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